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-Sasuke Uchiha, harás el trabajo con Ino Yamanaka

El grito de Ino se escuchó por todo el salón al igual que el regaño de la profesora Kurenai.

-Ohhh.. Sasuke te toca con la linda Ino

El comentario de Naruto me hizo dar arcadas, el pensar en pasar tiempo con la heredera Yamanaka me daba dolor de cabeza.

-Porque no intercambiamos de puesto, me agrada mas Akimichi que Yamanaka

Naruto rio negando de prisa.

-No gracias Chouji me agrada bastante, no es que tenga algo en contra de Ino, ella también me agrada

Negué despacio fijando mi vista en el pizarrón.

...

-Sasuke-kun entonces quedamos a las tres en mi casa

Ino movía sus hombros y un sonrojo cubría su rostro, asentí volviendo a mirar a Naruto para ignorar a las tres chicas que discutían.

Seguí hablando con Naruto lo que restaba del almuerzo miéntras de fondo  escuchaba los gritos de Sakura junto a Karin reclamándole a Ino.

-Oye Naru te veo en mi casa a las 4

El nombrado asintio con emoción mostrando su dedo pulgar en modo de afirmación al Akimichi.

-Sasuke me podrías hacer un favor

Me extrañe, en estos dos meses que he estado conociendo a Naruto me había demostrado que no era de pedir favores.

-Claro

-Mañana faltare a clases, le podrías darle esto a los profesores

Asentí tomando la carta que me entrego, por el logo daba a entender que era la carta de excusa del estudiantes.

-Y otra cosa, me podrías prestar después tus apuntes

Rio rascando su cabeza con nerviosismo, desviando la vista en un acto de vergüenza.

-Claro, no te preocupes dobe

Me miró con sus zafiros brillantes dedicándome una sonrisa tan hermosa que parecía irreal.

...

-Hola papá, hermano

Los nombrados fijaron su vista en el azabache, sonriéndole como bienvenida.

-¿Y eso que llegas témpano Sasuke?

El azabache mayor pregunto dejando el libro que yacia en sus manos.

-¿No tienes misiones hoy mi niño?

Mikoto pregunto saliendo de la cocina con un bandeja de plata en las manos, dónde había una hermosa tetera de porcela con su juego de pequeños vasos del mismo material.

-No mamá, hoy no tenemos misiones

Le respondí besando su mejilla con cariño sacándole una sonrisa.

-Pero tengo un trabajo en casa de Ino, así que saldré

Todos asintieron volviendo a lo suyo, me diriji a mi habitación a paso rápido, al llegar abrí la puerta de madera de color azul.

Entre y dejé la mochila encima de la cama, me desamarre la corbata y desabroché los botones de la camisa blanca, suspire y me acosté, sentía que algo grande iba a pasar esta tarde.

...

-Sasuke-kun ya terminamos, me haré cargo de las diapositivas y listo

Asentí y recogí mis pertenencias guardandolas en la mochila.

-Me parece bien

La chica asintio con emoción moviendo sus hombros en forma de nerviosismo.

-Sasuke-kun podríamos agendar una salida para después

Su cara se puso roja y agachó su mirada azulina, la mire fijamente, nuestras miradas conectaron y su azul me decepcionó, no era el azul que me gustaba y me atrapaba.

-Lo siento Ino, pero estaré ocupado

Ella se decepcionó y solo asintio con la cabeza gacha.

-Vale, no importa

Se recompuso guiandome a la salida de su habitación, la seguí viendo la hermosa casa tradicional.

-Oh Sasuke ¿Estás aquí?

Una voz gruesa y a la ves amable me hizo girar hacia tras encontrándome al patriarca del clan Yamanaka.

-Buenas tardes señor Yamanaka

Hice una reverencia demostrando mi respeto hacia el rubio.

-¡Hola papá!

Ino corrió abrazando a su padre con fuerza, demostrando su cariño.

-No seas tan formal Sasuke

El nombrado lo miro y asintio, su rostro estoico no cambio en ningún momento.

-Porque no te quedas a cenar

El rubio invito y la rubia asintio con una extravagante felicidad, me quería negar pero por respeto acepte su invitación, entre nuevamente al salón principal donde yacia una mesa de madera tradicional japonesa.

La cena paso rápido, entre perseguntas sobre su entrenamiento como cazador y sobre si tenía pareja o no, esta última lo había puesto a pensar, si conseguía pareja tal vez podría anular el tratado que tenía con el clan de Sakura.

-Adios señor Yamanaka, adiós Ino

Hice una reverencia despidiéndome de los dos rubios que se me acompañaron en la cena, sabía que los integrantes del clan estaban de misiones al igual que la esposa del patriarca quien era líder de un escuadron de elite como lo era el y su equipo Taka.

Su celular sonó dentro de su bolsillo derecho del pantalón de mezclilla, lo saco y vio el número que se usaba para el otorgar misiones, contesto con rapidez poniendo su teléfono en el odio.

-Sasuke tenemos problemas la casa principal del clan Akimichi está bajo ataque

Se puso pálido a más no poder, Naruto, el rubio se encontraba con los Akimichis.

-Necesitamos al equipo Taka de inmediato

No necesite saber más, colge el teléfono y con mi energía maldita materialice el uniforme de mi equipo junto a mis armas, empeze a correr con una velocidad inigualable por primera vez en mi vida me sentía preocupado por una persona diferente a mi familia o clan, tenía miedo de lo que le podría pasar al rubio atolondrado.

Acepto que le tenía cariño y que le era especial, hasta el punto de que quería proteger, esto no era normal lo que estaba empezando a sentir, era algo nuevo que le ponía los nervios de punta.

Naruto era un simple mortal que podría morir de un simple golpe en la cabeza, no tenía energía maldita y mucho menos fuerza.

Llegue a la entrada del territorio del clan viendo a Karin junto a Sakura, quienes portaban en le uniforme de color negro con rojo, junto a las chicas estaban Suigetsu y Jugo quienes portaban el mismo uniforme que tenía puesto.

-Sasuke estamos listos

Asentí, me propuse que mi objetivo principal sería encontrar al Namikaze y ponerlo a salvó y que después de eso podría luchar fácilmente.

-Andando

Di la señal para adentrarnos al territorio, el eco de las armas chocando contra si se escuchaban y los gritos de agonía hacían eco, el humo inundaba el ambiente que antes era fresco, los demonios salían como locos atacando a quienes vieran, extermine con mi espada a quienes se me acercarán, eran de bajo nivel pero parecía que seguían órdenes de un demonio de alto rango.

Mordí mis labios, la ansiedad me carcomía y lo único claro en mi mente era proteger al rubio de ojos azules que tanto me atrapaba en su jaula azulina, como los zafiros más brillantes los cuales no se comparaban con los diamantes, porque estos brillaban más que aquella joya.










darknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora