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-¿Enserio nunca lo has invitado a una cita?- Un pelirrojo de ojos marinos pregunto.

-No- Confirme al igual que seguía caminando.

Estaba feliz, me levanté feliz, las cosas parecían mejorar con mi familia. Itachi quien parecía perdido estaba mejor, no era el mismo de antes pero parecía que se recomponía poco a poco, mi madre quien estaba en depresión, al parecer había salido, sonreía y cocinaba. Y por último estaba mi padre, no parecía querer cambiar, pero aveces bajaba la guardia y hablamos como era anteriormente, pero siempre dejo claro que no iba a cambiar de opinión, siendo así que ya no era cazador al igual que mi madre.

-¿Ni cuando Naruto fingió?- Volvió a preguntar.

-Que no Gaara- Respondí ya con cierto enojó.

El nombrado metió sus manos en su chaqueta negra mientras me miraba con atención.

-¿No son pareja? Es normal que tengan citas...

Suspire con pesadez por tercera vez, sabía que era normal lo de la citas... ¿Pero desde cuándo Naruto y yo éramos normales? No lo éramos por eso no habían citas aún.

-¿Desde cuándo Naruto y yo somos normales?- Inquiri y Gaara solo rio.

-No lo son... Pero deberías intentar- El pelirrojo camino más rápido- Ya sabes antes de que todo empeore.

Asentí con cuidado, mi sonrisa aún posaba en mis labios. Por una parte el Jinchūriki tenía razón, debía aprovechar el tiempo con mi rubio lo más que pudiera.

Porque después de la calma viene la tormenta.

...

-¿Me veo bien?- Sasuke pregunto al pelirrojo.

Gaara rio con gracia, era extraño ver al azabache nervioso.

-Que si Romeo- Se burló.

Sasuke sujeto los girasoles en sus manos con fuerza pero sin querer dañarlos, sentía sus piernas temblar como gelatina, cosa que no sucedía cuando luchaba, pero ahora luchaba contra sus sentimientos y las que debían ser mariposas en su estómago era más como avispas que revoloteaban con fuerza.

-Bien, estoy listo- Susurré al igual que me daba ánimos.

Gaara aún con su sonrisa burlona abrió una puerta de caoba roja con extraños símbolos en negro como el carbón, la puerta chirrio con fuerza dando un poco de fastidio a los oídos.

El fuerte viento del otoño calo fuertemente bajo el cárdigan de color negro, los pantalones de mezclilla y la camisa manga larga azul que ajustaban a mi cuerpo, mis manos aún sujetaban con poca fuerza los girasoles que parecían querer dañarse por el fuerte clima.

Los árboles se mecían fuera de la casa de madera desgastada en medio de un bosque, el cual no conocía para nada.

Gaara me dió señales de que entrara con su mirada aguamarina.

-Vas a estar bien...- Me sonrió con sinceridad- Entra, yo cuidare.

Asentí y con los nervios a flor de punta entre en la estancia, la puerta se cerró con un fuerte golpe y todo quedó iluminado por las lámparas que colgaban del techo, las paredes eran naranjas y extraños símbolos en color rojo la decoraban, no había nada que decorara lo que debía ser la sala, ni muebles, ni cocina había, lo único que se veía era una puerta grande del mismo color de la que había afuera.

Reuniendo todo el valor y fuerza de macho que debía poseer se encamino a la puerta, mientras más se acercaba más calor hacia, el cárdigan negro lo empezaba a sofocar y un aroma dulce y fresco como las naranjas lo empezaba a llamar.

Con cuidado empecé a quitarme el cárdigan, aún así todavía sentía el calor sofocante y el aroma a naranja intensificarse.

La camisa azul manga larga se empezaba a pegar al torso blanquino del Uchiha menor, mostrando lo bien trabajado que estaba, los pantalones de mezclilla empezaban a pegarse de igual manera a sus piernas, el sudor resbalaba de su frente y los girasoles que antes estaban en sus manos habían caído mucho atrás.

Respire ondo sintiendo el olor dulce y fresco de las naranjas calar fuertemente, con decisión tome la perilla de la puerta roja, sintiendo inmediatamente como estaba de caliente a tal punto de quemar, la gire con rapidez y el chirrido sonó fuertemente.

El olor a naranja pareció más pontete chocando contra mi rostro y el calor me atravesó con más fuerza, sentía mis piernas temblar y mi respiración irregular, mi boca parecía hacerce agua con tan solo sentir el olor fresco.

Frente a mí se podía distinguir una cama matrimonial que estaba desordenada, las sábanas naranjas y rojas estaban esparcidas por la cama y las almohadas de color azul se hallaban tiradas en el suelo, a mitad de la cama se podía ver un gran bulto de color naranja.

Con fuerza me adentre, mis piernas aún temblaban y sentía que mi cuerpo iba a caer, el sudor caía y se confundía con la saliva que corría por la comisura de mis labios, era asqueroso pero mi cuerpo parecía reaccionar por si solo.

El camino hasta estar frente al gran bulto naranja me pareció eterno, con mis piernas temblando y mi cuerpo caliente y queriendo desfallecer en cualquier momento no había sido de mucha ayuda.

Fruncí el seño al ver como el bulto grande parecía temblar, un suspiro escapo de mis labios y con fuerza tome la sábana color naranja para tirarla con fuerza.

Frente a mí yacia el cuerpo desnudo de mi rubio amor, temblaba y su cuerpo entero estaba lleno de sudor, ahora con más claridad podía escuchar sus gimoteos y pequeños suspiros.

-¿Naruto?- Pronuncie con fuerza, ignorando el dolor que empezaba a sentir en mis pantalones.

El nombrado levanto la mirada, sus ojos que eran azules ahora eran de un color carmín tan rojo como la sangre, su pupila negra estaba rasgada, pareciendo un felino, sus marcas en sus mejillas estaban más asentadas y unos pequeños caninos se podían ver cuándo abría su boca.

-¿Sa-sasuke?- Me llamo entrecortado.

La mano de color canela tembló y se poso entre mi entrepierna sacándome un gruñido, sus labios se curvaron en una sonrisa y sus rojos orbes brillaron en lujuria.

-Te.... Ne-necesito- Pidió con lujuria aún sin quitar su mano de mi entrepierna.

El olor a naranjas pareció intensificarse y el calor de mi cuerpo subió, la saliva volvió a escurrir con más fuerza y la ropa que traía puesta fue rota por la fuerza a la hora de desvestirme.

...

Gaara con una sonrisa se retiraba de la pequeña casa, sus manos se juntaron al igual que hacía unos símbolos, escondiendo así la casa de la vistas humanas.

-¿Le hubiera explicado sobre el celo del zorro?- Se preguntó así mismo.

Los rojos cabellos se mecieron al son del viento fresco, se encongio de hombros al igual que miraba el celular.

-Nah, ya lo solucionara....- Se relajo mientras caminaba a la salida del bosque- En tres días se lo explicaré.

....

¡Hola mis queridos lectores! ¿Cómo se encuentran? Espero que bien uwu

Disculpen la tardanza en actualizar, he estado un poco ocupada, pero trataré de sacar tiempo y actualizar más amenudo :'3

¡Los quiero! ¡Y gracias por su apoyo! Nos leemos pronto con un nuevo capítulo de Darkness <3

darknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora