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Este capítulo será narrado desde el punto de vista de Mikoto <3

...

Sentía las lágrimas cálidas caer de mis mejillas, mi respiración era pesada y el corazón dolía, parecía que lo apretaban con fuerza que cada vez aumentaba.

Aún sin saber cómo los momentos de felicidad se habían tornado de tristeza. Sujete con fuerza el ambul de fotos viejas que yacia en mi regazo.

Me encontraba sentada en los muebles de cuero negro, en mi regazo posaba el ambul de portada café, tenía años de estar guardado en el ático. En la mesa de vidrio del centro de los muebles, posaba un juego de té hecho de porcelana, bastante colorido y hermoso. Era el favorito para las reuniones de Kushina.

Una lagrima volvió a bajar de mi rostro blanco, pero en vez de caer en la portada café, cayó en una hermosa fotografía que sujetaba con fuerza; tan bella y hermosa, posaban dos hombre y dos mujeres.

Fugaku sonreía y apretaba el hombro de un hombre rubio de hermosos zafiros, tan hermosos como los de Naruto, quien parecía avergonzado, a su lado posaba una hermosa mujer de cabellos escarlata largos, tenía una sonrisa confiada y deslumbrante, y por último estaba yo, a su lado mientras la abrazaba con exagerada fuerza.

Kushina Uzumaki parecía llena de vitalidad y energía, Minato Namikaze tan amable y calmado como lo recordaba.

Aquel grupo de preparatoria y universidad había cambiado tanto, habíamos perdido tanto, pero aún así quedaban los recuerdos, recuerdos que amenazan con partir nuestro rostro de tristeza y culpabilidad.

Aveces en momentos como estos, solo quería volver al pasado y poder abrazarlos fuertemente sin soltarlos, también me gustaría volver hacer la chiquilla traviesa que escapaba de sus responsabilidades solo para salir con sus amigos. Fugaku quien en esas épocas reía y disfrutaba, aquel muchacho lleno de calma y travesuras había cambiado tanto, era tan diferente que aveces ni lo reconocía.

Hubiera vendido mi alma al diablo con tal de evitar toda esa tragedia, hubiera preferido morir antes que llenarse de sangre y de aquellos cabellos escarlatas, hubiera dado todo por no sujetar entre brazos el cuerpo sin vida de la hermosa mujer, que es y siempre será su mejor amiga, la poseedora del hilo rojo, como gustaba llamarle por su hermoso cabello.

La foto fue nuevamente llenada de grusas gotas saladas que escapaba de sus orbes negros, como lluvia fría que no podía controlar.

La soledad de la gran casa, sin la preciensia de sus amados hijos y esposó, solo daba paso a los recuerdos hermosos y dolorosos.

...

-¡Oe! ¡Minato, espérame!- Exclamé aún con la respiración entre cortada por la larga carrera.

El rubio que caminaba a paso lento y tranquilo paro, se giró con una radiante sonrisa, sonrisa tan cálida que transmitía aquella calides que lo rodeaba.

-¿Te has despertado un poco tarde?- Cuestionó con amabilidad al ver mi frente perlada de sudor y mi rostro agotado.

Minato Namikaze nunca reprochaba mis pequeños errores, de hecho solo se preocupaba, por eso y más razones era que quería a su amigo de la infancia.

-No es nada, solo....- Busque la mentira perfecta para esconder mis actividades de cazadora- Solo me quedé despierta leyendo hasta tarde- Menti con una sonrisa.

El rubio pareció pensar, no parecía creerse del todo la mentira, pero aún así, solo acaricio mis cabellos azabaches y acepto.

-Bueno... Solo trata de no dormir tan tarde.

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