La taza de chocolate ya no soltaba humo, estaba fría y un poco dulce, no se veía para nada provocativo, las galletas de limón estaban aun lado, ninguna había sido tomada para comer, solo estaban como una decoración barata con arcilla fría.
Cargaba en mis muslos el viejo álbum como si fuera lo más normal, el llevarlo a todos lados se había vuelto un vicio que no podía quitar, y el mirar las fotos viejas y desgastadas por los años, se había vuelto cotidiano.
Sentada en el sofá de cuero negro se hallaba Mikoto Uchiha, su mirada antes alegre se mostraba cansada y ausente, había perdido peso y su piel estaba demacrada, su cabello antes limpio y sedoso, ahora se veía grasoso y enredado.
La puerta principal fue abierta con cuidado, Mikoto alzo la mira encontrando los orbes negros de su hijo menor.
Por la puerta entraba Sasuke quien miraba a su madre con preocupación, la hermosa mujer se veía más pálida de lo normal. Con paso tranquilo el menor se acercó a su madre quien le mostraba una sonrisa, que más parecía una mueca mal hecha.
-Mamá... ¿Por qué no vas a descansar?- Cuestionó el azabache con cuidado.
Mikoto parecía pensar en algo, estaba perdida como si tuviera un viaje astral, cuando veía la figura de su retoño menor.
-Cariño...- Después de varios minutos en silencio la azabache hablo- Ven... Acércate.
Sasuke con una pisca de duda en su mirada se acercó, al ver más de cerca a la mujer se percató de las enormes ojeras y de sus ojos rojos.
-Ya estoy cerca- Anuncio a su madre.
Mikoto al ver que se había agachado a su altura tomo el rostro pálido entre sus manos, tan parecido a ella y a su esposo.
-Mi niño.... Te puedo preguntar algo- Cuestione.
En la mirada negra de ambos se podía ver la incertidumbre, la angustia de ver cómo las cosas habían cambiado.
-Claro madre- Afirmó con nervios.
Mikoto suspiro en busca de una calma que sabía que no llegaría, dependiendo de la respuesta que le daría su hijo sería el resultado de todo, no lo culparía, nadie tenía la culpa de amar, estaba conciente en cuál era la respuesta del azabache, después de todo era su hijo y lo conocía. No podía decir que lo conocía más que el mismo, porque no era cierto, habían cosas que los hijos le ocultaban a sus madre y está no sería la excepción.
-¿Amas a Naruto?- Pregunté con seriedad.
Sasuke se sorprendió por la pregunta, esperaba otra cosa como más grave, pero lo único que su madre estaba preguntando era su amor por el rubio demonio.
-Claro que lo amo mamá....
Sasuke respondió sin dudar.
-¿Cuánto?- Mikoto volvió a cuestionar- ¿Que estás dispuesto hacer por aquel amor?
Sasuke tomo con delicadeza las manos de su madre para poder acariciarlas, un tono carmín adornaba su pálido rostro.
-Seria capaz de dejar todo de lado, Naruto es mi primer amor, sería capaz de abandonar a mi familia solo por el, no me importará que me tomaran de traidor- La sonrisa marca Uchiha resplandecía- Sabes mamá, no amo lo que hago, matar demonios que antes eran personas- Agrego- Aveces me hace sentir como un asesino.... pero con aquel rubio revoltoso aprendí lo que es amar mi realidad, una realidad que es confusa y un poco desastrosa, pero madre... Naruto es mi realidad.
Sasuke no dijo más nada, sus nervios y su mirada brillosa hablaba por el, hablaba de lo mucho que amaba aquel niño. Porque si, Naruto aún solo era un niño que estaba perdido en la bruma del dolor, un dolor que tiene que ser apasiguado por uno de los mayores culpables.
ESTÁS LEYENDO
darkness
Mystery / ThrillerEl día era para los mortales, la noche era para aquellos llamados demonios.... "¿Que es un demonio papá?" "Son seres horripilantes que nuestro clan debe cazar . Sasuke"