Extra #1

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HOLAAA, BESTIES ♥️ Aquí la verdadera PATRONA de la orden JAJAJA okno, les saludo con un besito.

Y, como lo prometido es deuda, les he traído uno de esos EXTRASSSS tan esperados, y no precisamente porque este sea un simple extra, pequeñas pícaras, sino porque desde YA les advierto que las escenas que serán narradas a continuación contienen PICANTE (+18) y que bueno, si no son fan de este tipo de escritos, lo mejor será no leer. Aquí están bajo su propio riesgo.

¡Disfruten la lectura!








———

"Por ahí dicen que esos orgasmos fueron mi boleto al infierno"

(Sucesos ocurridos en el capítulo 27: Kislev y Vellty en el bosque)




—Asunto resuelto—caminó hasta llegar a mi lugar, según él quería ver las llamas recostado del coche.

—¿Y ahora qué?

—Esperar para enterrar los cuerpos, cuando ya no quede casi nada de ellos.

—No me refería a ese ahora—aclaré con voz aguda.

—Ay, niña, no juegues con fuego.

—Kislev... yo solo me quiero quemar en el infierno—me acerqué a él con urgencia, aun sentía cierta energía recorrer mi cuerpo.

—En mi infierno, Vellty. Te vas a quemar en mi infierno. —Dijo antes de atrapar mis labios con desenfreno, comiéndose mi boca.

Antes de que pudiera responder de la misma manera, azotó mi cuerpo contra el capó del coche. Un gemido de dolor se escapó de mis labios por el impacto del duro acero en mi espalda, era un dolor excitante que se esparció por mi columna vertebral. Kislev nunca despegó sus labios de los míos. Aproveché para abrir mis piernas y darle comodidad a su cuerpo inclinado, y continuamos con la sesión de fogosos besos.

El roce caliente de sus húmedos labios le mandó pequeñas punzadas a la parte baja de mi vientre. Maldita, pero exquisita sensación. Nunca me había sentido tan excitada en mi vida. Seguramente era el ambiente en el que nos encontrábamos, o la sangre en mis manos, o el olor que desprendía Kislev.

No sabría decirlo.

Me estremecí cuando su mano llegó a la orilla de mi falda–esa que ocultaba la gran sudadera–y fue subiendo los dedos hasta mis bragas. Separó su rostro del mío y dibujó una sonrisa ladina en sus labios, a escasos centímetros de mi vulnerable piel, preguntó:

—¿Puedo?—su voz ronca me hizo soltar un suspiro, ¿cómo algo así me ponía, incluso, más caliente de lo que ya estaba?

—La pregunta está de más—llevé una de mis manos a sus hombros, y bajé la misma por su pecho, sintiendo su cuerpo.

Mis inquietas manos querían tocar toda su anatomía, pero Kislev elevó una ceja, a lo que entendí su: El que manda aquí soy yo, cálmate.

Quítale la camisa, Vellty.

No queremos nada de ropa, es fastidiosa.

Y él se vería mucho mejor sin ella, ¿no?

—Soy un psicópata, niña, pero también tengo modales—aquello me hizo sonreír. Kislev, entre serio y coqueto, se volvió a acercar a mi rostro, casi rozando sus labios con los míos—. Solo te advierto que no seré amable, no soy ningún príncipe azul.

Red - [La Orden Sangrienta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora