Máscaras

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Luego de regresar a casa, todo fue de locos una vez más. Sharon y su madre tenían poco más de dos horas para maquillarla, peinarla, ponerle el vestido, y por supuesto, sacar fotografías para el recuerdo. Y como siempre pasa cuando el tiempo es limitado, nunca falta lo inesperado que empeore el caos. En esta ocasión, mientras Sharon se maquillaba y su madre le hacía un peinado elegante, una botella de perfume se derramó y le cayó encima a la recién graduada.

Así que se tuvo que meter a la ducha a para intentar disminuir el fuerte olor. Se pasó esponjas enjabonadas, paños humedecidos con vinagre, se restregó con sus propias manos bajo el chorro de agua, pero al final sólo sentía que olía a demasiadas cosas a la vez, a pesar de que su madre la intentaba convencer de lo contrario. Entonces, luego de la mayor lavada que había recibido su piel en toda su vida, y de llorar y sudar hasta casi arruinar todo lo que había avanzado, tanto por el accidente con el perfume como por creer que ya no tendría tiempo para arreglarse, al final la mamá de Sharon tuvo que llamar a Alexandra para que calmara a su hija, a pesar de que ésta también estaba estresada.

Por fin, después de que Alexandra calmara a Sharon y le dijera que no había problema si llegaban unos minutos tarde, se volvieron a poner manos a la obra. Casi como por obra de un milagro, Sharon estuvo lista a las 6 y media. Ella llevaba puesto un vestido azul rey sin mangas, con transparencia en la parte superior del pecho. De la cintura hacia arriba, contaba con un diseño hecho con piedras de fantasía color dorado. Por su parte, la falda era doble y llegaba hasta las rodillas, siendo la tela superior similar a una seda transparente, con pequeñas perlas doradas por encima. Complementaba su vestuario con tacones de punta abierta, también dorados. El peinado que llevaba era semi-recogido, con un diseño en la parte posterior de la cabeza que asimilaba una flor, y el resto de su cabello rizado le caía por los costados y la parte de atrás.

Entonces por fin salió de su habitación y ahí estaba Alexandra, quien llevaba un vestido morado sin tirantes, que dejaba al descubierto sus hombros. La parte superior del mismo era un diseño hecho con piedras como diamantes de color blanco y morado. A la cintura llevaba un fajón de tela que formaba un lazo en la espalda. La falda también era doble, pero ambas telas sólo ligeramente transparente, con el detalle que la parte delantera llegaba hasta las rodillas, mientras que por detrás era más largo, como con cola. Sus zapatos eran de tacón, cerrados y de color plateado, lo cual combinaba con sus aretes y una pulsera que llevaba en la mano izquierda. Asimismo, su cabello lo llevaba suelto y lo había rizado ligeramente para dejarlo ondulado, y peinado de raya al lado, de tal manera que caía sobre sus hombros.

--Estás bellísima-- le dijo Sharon.

--No, tú estás super preciosa, me fascina ese color y el diseño de tu falda. Tu peinado también es encantador. Pareces una verdadera princesa-- le respondió Alexandra.

--Muchas gracias. Pero en serio te ves divina. Ese vestido te hace lucir increíblemente sexy, además de que resalta tus piernas y permite ver tu piel morena.

--Muchas gracias bella. Pero ya vámonos que llegaremos tarde.

Las dos amigas se subieron al auto del papá de Alexandra y se dirigieron al baile de graduación. Para esta actividad, el colegio había alquilado un salón de eventos, el cual estaba debidamente decorado, con luces de colores, globos y cintas azules y doradas que se colgaban de las paredes y del techo por encima de la pista de baile. Asimismo, había una tarima donde una banda local tocaba música en vivo.

Cabe mencionar que ese año, se había dejado la elección de la temática del baile a los mismos estudiantes. Luego de varios días de votación, resultaron finalistas dos opciones: La primera, un baile al estilo norteamericano, donde sólo asistían los estudiantes y cada quién llevaba pareja o asistía con amigos. La segunda opción consistía en que el baile fuera con máscaras, de manera que cada joven recibiera una máscara al entrar y la usara durante el resto de la noche. Ambas alternativas fueron apoyadas de forma equitativa por los estudiantes, por lo que se decidió que se harían las dos. Así que, cuando Sharon y Alexandra llegaron al baile, recibieron dos máscaras de dos voluntarios que se encontraban repartiendo las mismas a los asistentes. Eran al estilo de las que se ven en las películas, de diversos colores, como dorado, plateado o blanco, diseños variados y algunas con accesorios.

Sueños, fantasías y otros secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora