Graduación

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Regresamos a la noche antes de la ceremonia y baile de graduación de Sharon y Alexandra. Las encontramos hablando por teléfono desde sus propias habitaciones. La primera camina de un lado a otro en su cuarto, mientras que la segunda está acostada en su propia cama.

--Estoy demasiado nerviosa, no me puedo quedar quieta-- dijo Sharon.

--Todo va a salir bien, es un día como cualquier otro-- le respondió Alexandra.

--Sé que intentas relajarme, pero es claro que no se trata de un día normal.

--Solamente tienes que levantarte temprano, bañarte, maquillarte, peinarte, alistarte, asistir a la ceremonia de graduación, desfilar por el diploma, regresar a tu casa, arreglarte para la noche, ponerte el vestido, ir al baile y sobrevivir.

--Eso fue peor, ahora estoy más nerviosa.

--Bueno bueno, recuerda que al menos no tienes que impresionar tu pareja para el baile. El resto es casi rutinario. Todo saldrá bien.

--Claro que quiero impresionar a mi pareja, no digas eso.

--Está bien, pero ya tranquilízate.

--Vaya, no lo había pensado, lo haré ahora mismo-- respondió Sharon con sarcasmo. Entonces escuchó que golpeaban su puerta.

--¡Sharito! Hay un joven en la entrada, dice que es compañero tuyo.-- se escuchó a la mamá de Sharon desde el otro lado.

--¡Ya voy!-- le contestó, y luego se dirigió a Alexandra que estaba al teléfono. --Ya me tengo que ir, al parecer algún compañero de nosotras vino a mi casa--

--¿Quién será?-- preguntó Alexandra.

--Ni idea, pero voy a comprobarlo. Luego hablamos.

--De acuerdo. Chao.

Sharon colgó el teléfono y se dirigió a la entrada de su casa. La puerta estaba abierta, y bajo el umbral, se encontraba la última persona que esperaba ver.

--¿Gabriel?-- Sharon lo tomó del brazo para sacarlo de su casa, cerró la puerta tras ella y por fin poder hablar con tranquilidad-- ¿Qué rayos haces aquí?

--Es un placer verte-- le respondió Gabriel, aquel chico que inventó todo tipo de rumores acerca de un supuesto encuentro íntimo con Sharon. --Y tranquila, no fue nada rudo que me sacaras así de tu casa.

--Sabes que te mereces eso y más-- Sharon estaba enfurecida. Luego de todo lo que él hizo, ahora se presenta en su casa y hasta tiene el cinismo de reclamarle un mal trato.

--Lo sé, y créeme que me siento mal por ello. Solamente quiero arreglar las cosas ya que es probable que mañana sea el último día que nos veamos. Luego del colegio, cada quien hace su propia vida.

--Creo que no es el momento ni el lugar.

--Lo lamento. Pero no quería esperar más.

--Bueno, como dicen, lo que pasó, pasó. Así que puedes irte en paz.

--¿Así sin más?-- le preguntó Gabriel.

--¿Y qué esperabas? ¿Un abrazo y un beso de reconciliación?-- respondió Sharon.

--Por supuesto que no, solamente quería hablar contigo.

--¿Y de qué podríamos hablar nosotros?

--No sé. Acerca de la graduación o el baile de mañana.

--¿Y qué podríamos hablar sobre eso?

--Pero bueno, dame un respiro-- Gabriel dio un paso atrás antes de continuar. --Al menos dime si conseguiste una pareja.

Sueños, fantasías y otros secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora