--¿Y por qué andas tan feliz hoy?-- dijo Alexandra luego de ver llegar a Sharon al apartamento.
--Yo no ando feliz-- respondió Sharon --¿Y por qué estás aquí? ¿No se supone que hoy trabajabas hasta tarde?
--¿No notaste que anoche no regresé y en la mañana todavía no había llegado?
--Ni me di cuenta-- le contestó Sharon fingiendo desinterés.
--Pues sea como sea, tuve que llamar a mi trabajo y decir que no podía ir, por una enfermedad o algo así. Por obvias razones no les podía decir que se debía a que un chico no me soltó en toda la noche. Así que necesitaba dormir. Además de que tampoco podía caminar, si sabes a lo que me refiero-- dijo Alexandra mientras guiñaba un ojo.
--Sí, lo sé. Efectos secundarios del amor por la...
--Como si no te gustara también-- la interrumpió Alexandra.
--Pues creo que he madurado un poco.
--¡Mentiras! ¡Patrañas!
--Te digo la verdad-- insistió Sharon.
Alexandra se quedó observándola por unos segundos.
--¿Qué?-- preguntó Sharon mientras volteaba la cara.
--Conociste a un chico-- dijo finalmente su amiga.
--¿De qué hablas?
--Que te conozco muy bien. Llegaste con una sonrisa extraña y ahora dices tonterías. Eso sólo tiene una explicación: Un hombre.
--¡No!-- Sharon sintió sonrojarse así que evitó mirar a su amiga directamente. --Bueno sí, pero no es como tú crees. Un cliente me pidió mi número.
--¡Lo sabía! No le puedes esconder nada a Alexandra la vidente.
--Qué vidente ni qué nada. Primero, me conoces desde hace muchos años. Segundo, soy mala para ocultar cosas-- Sharon volvió a pensar en el chico misterioso de hace dos años, pero continuó: --Y tercero, no es nada. De verdad, no es lo que piensas. Nada de nada.
--Si lo dices una vez más entonces te creo-- le respondió Alexandra.
Sharon se sonrojó aún más, lo cual la molestó. ¿Por qué ponerse así por un simple chico? Él fue amable, interesante, inteligente y simpático, pero recién lo conoció.
--Bueno, ¿qué esperas?-- dijo Alexandra sacando a su amiga de sus pensamientos.
--¿De qué hablas?
--¿Me vas a contar lo qué pasó o te voy a tener que obligar?
--Eso no es justo. Precisamente anoche no me querías decir más detalles acerca del chico con el que estabas saliendo, y ahora me exiges que te cuente mi historia.
--Así es. Pero es por tu bien.
--Explícate.
--A ver-- dijo Alexandra mientras se acomodaba el cabello como si se preparara para realizar una actividad que requiriera esfuerzo. --Ambas sabemos que, entre las dos, quien se mete en más situaciones complicadas e incómodas, eres tú. Así que me necesitas para que te brinde un poco de mi sabiduría infinita.
--¿Entonces eres como mi maestra jedi?
--Exacto, mi joven padawan. Así que comienza a hablar mientras busco algo para comer, estoy sin energías. Anoche las gasté todas por subirme a...
--¡Que ya lo sé! Siempre insistes en darme más detalles de la cuenta. Pero está bien, te contaré todo lo que pasó-- dijo Sharon. Odiaba que así fuera, pero Alexandra tenía razón. Ella siempre le ofrecía una perspectiva distinta para todo lo que le sucedía. Así que comenzó a contarle lo que sucedió aquella tarde mientras su amiga se preparaba un 'sandwish' y se lo comía.
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Sueños, fantasías y otros secretos
Novela JuvenilSharon es una joven común, con un trabajo común, con un estilo de vida común. Pero detrás de toda mujer hay un mundo lleno de secretos y fantasías.