El chico misterioso. Pt 2.

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Anthony escuchó la historia de la graduación de Sharon con mucha atención. Para entonces, el sol se había escondido y el apartamento estaba en penumbra. Ella le contó su secreto, el que incluso Alexandra no conocía por completo, y mientras lo hacía, miraba hacia el suelo de la misma forma en que él lo hizo cuando contó el suyo. Tony simplemente se quedó callado, por eso Sharon no notó cómo iba cambiando el semblante de su novio cuando ella comenzó a describir los detalles del baile de graduación, y que su cara perdió color cuando empezó a hablar del chico misterioso. Finalmente ella terminó su historia y vio a su novio a los ojos, y aunque se dio cuenta que él estaba absolutamente abrumado, decidió esperar a que se recuperara para escuchar su opinión.

Por su parte, Tony había quedado sin palabras, sabía que Sharon esperaba un comentario acerca de lo que le acababa de confesar, pero su mente estaba en blanco. Era difícil creer lo que ella le había dicho. Así que por unos momentos se sostuvo la cabeza entre las manos para pensar, luego bajó las manos y entonces por fin comenzó a hablar:

--Yo era ese chico misterioso.

--Así es-- respondió Sharon --Cuando escuché tu historia, estaba igual de sorprendida.

--Claro que no. Lo que hice es mi mayor secreto, pero por encima de eso, es lo que me ha generado más culpa. Y ahora no sólo conozco a la persona a quien engañé, también resulta que esa persona eres tú-- Anthony volvió a colocar su cabeza entre sus manos, pero esta vez también se intentaba tapar el rostro, como si quisiera esconderse por la vergüenza que sentía.

--Pero ya te conté mi versión de la historia. Ahora entiendes que yo estuve de acuerdo con ir a esa habitación con ese chico misterioso, o sea, contigo.

--Creo que no entiendes mi culpa.

--Explícame entonces.

--Yo llevaba máscara ese día. ¿No es cierto?

--Así es, pero...-- Sharon lo entendió. Se suponía que sólo los estudiantes podían usar máscara.

--¿Ya lo entiendes? Cuando te conté mi historia, sólo mencioné que conocí a una chica en un baile de graduación, pero no te dije que eso hubiera sido en mi propia graduación.

--¿Entonces por qué tenías máscara? ¿Cómo entraste esa noche? ¿Por qué estabas ahí?

--¿Recuerdas que te dije que el negocio de mi familia es organizar eventos?

--¡Entonces organizaron nuestro baile de graduación!-- concluyó Sharon.

--Correcto. El señor que habló un par de veces en la tarima era mi papá. Yo estaba ahí porque comenzaba a ayudarlos con el negocio. Recuerdo que esa noche te vi entrar al salón con tu amiga, aunque ya llevaban máscaras puestas y por eso no las reconocí. Ambas llegaron tarde, yo estaba llevando unas cajas al área de atrás donde estaba todo el personal que organizaba el baile, y al verte pensé que eras muy atractiva, a pesar de que no podía ver tu rostro.

--Yo no te recuerdo.

--Supongo que estabas concentrada en otras cosas y hablando con Alexandra. Luego también vi cuando golpeaste a aquel chico. Yo estaba a un lado de la tarima acomodando unos cables y entonces te vi hablando con él. Por tu expresión corporal, entendí que él te estaba diciendo algo hiriente, aunque nunca supe lo que había sido.

--Hasta ahora-- añadió Sharon.

--Así es. Te vi correr al baño y entrar. Luego vi que Alexandra te siguió. Yo me quedé observando a ese chico mientras intentaba incorporarse, pero mi papá apareció y me dijo que eso no era de mi incumbencia y me pidió ayuda para comenzar a alistar la comida que se les iba a dar. Fui con él y estuve con el resto del personal, entonces me ofrecí para estar en la mesa donde se iba a entregar la comida, así quizá te podría ver de nuevo. Allí fue donde vi que llegó Alexandra, aunque no estabas con ella. La seguí con la mirada y vi que se sentó en una mesa, donde tú estabas. Continué con mis labores y cuando por fin terminé, inventé una excusa para estar en el salón principal, pero antes de eso tomé una máscara, ya que nosotros también nos habíamos encargado de traerlas. Así que cuando por fin salí de los salones que estaban atrás, ya habías bailado con Alexandra y estabas de nuevo en la mesa con ella. Decidí acercarme, pero intenté que no me vieras, así que fui rodeándote desde lo más lejos posible y me senté unas cuantas mesas atrás tuyo. Al rato vi que tu amiga se fue a bailar, entonces supe que era mi oportunidad. Pero por alguna razón, pensé que era mejor ponerme la máscara. Quizá así pensarías que era alguien de tu nivel y sentirías más confianza para hablarme.

Sueños, fantasías y otros secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora