Mío

Tiempo al tiempo

Emilio POV

La inconsciente confesión de Joaquín me dejó incrédulo por varios minutos, divagando en el mar de posibilidades que esas simples palabras significaban para nosotros, no podía decidir si saltar de felicidad o desconfiar de que fuera una sincera declaración cuando estaba completamente dormido al decirlo.

Al final decidí que quizás debería darle el tiempo que tanto quería, había estado los últimos días debatiéndome entre lo mucho que deseaba estar con él y el miedo a no tener la respuesta que quería, ahora tenía lo que tanto había esperado, sabía que me amaba y que su omega me consideraba su alfa, podía darle todo el tiempo que necesitara para decírmelo en voz alta. Lo llevé al cuarto para que pudiera descansar de verdad y acomodé al Guisante en su cuna para que durmiera también.

Ya que Joaquín estaba agotado y había estado fuera gran parte del día, no quería que despertara con la necesidad de hacer de comer, así que ordené algo para todos para la cena mientras permanecía al costado de Joaquín en la cama, hasta que cerca de las siete escuché la puerta y unos pasos subir por las escaleras hasta el cuarto a nuestro lado, sabía que era Diego y necesitaba hablar con él antes de que siguiera con este juego que no ayudaba a nadie.

Salí del cuarto en completo silencio y abrí la puerta de su recamara sin quiera tocar, recargándome en el marco de ésta con una mirada sorprendida de su parte clavándose en mí.

― ¿Era necesario estarlo atormentando? ―murmuré con seriedad, cruzándome de brazos. Él bajo la mirada con un largo suspiró.

―Él es...

―No, si vas a decirme que es una mala persona o cualquier tontería de ese tipo, te recuerdo que a ti no te ha hecho nada y desde que volvió se ha esforzado por arreglar lo que hizo. ―mascullé dando un paso dentro. ―Él no sabe que eres un omega, no tiene idea de lo que está pasando entre Azul y Andrés, hasta dejo de traerla aquí aun cuando es la única amiga que le queda, porque a ti te molesta. Te pedí que dejaras el tema, porque es mi asunto y es mi familia.

―Nosotros fuimos tu familia primero, nos quedamos cuando él se fue. No deberías tener favoritismos ahora solo porque te dice exactamente lo que quieres escuchar. ―puse los ojos en blanco con un largo bufido y negué lentamente.

―Mi familia no me trataría de hacerme elegir entre unos u otros. Él es mi destinado y tenemos un hijo juntos, no voy a echarlo de aquí por tu drama con Andrés. ―farfullé bastante harto de este tema. ―Todas las cosas que dices son lo que quisieras reclamarle a él ¿o es que no te escuchas a ti mismo? ―murmuré parándome en mitad de la habitación. ―Eres el que se quedó cuando ella se fue, él le da favoritismos porque ahora sí quiere ser su destinada, él pretende que ella jamás lo hirió. Todo esto es sobre ustedes, no sobre mí o Joaquín. Y no voy a dejar que sigas culpándolo por el daño que te está causando Andrés.

―Él la trajo aquí, si se hubiera quedado con sus padres, jamás habría pasado esto. ―exclamó cerrando las manos en puños sobre la cama con un tono de frustración y por primera vez vi verdaderamente la herida que Andrés le había dejado.

―Andrés se reencontró con ella hace meses, Diego. No cuando Joaquín regresó. ―murmuré sabiendo que le dolería saberlo, pero sin más formas de poder sacar a mi castaño de este tema. ―Y si Joaquín se hubiera quedado con sus padres, mi hijo ni siquiera estaría aquí. Volvió porque sabía que estaba seguro aquí, quería proteger a nuestro cachorro e hizo lo que tenía que hacer. Pero ahora tú lo haces sentir exactamente como sus padres lo hacían sentir, se pasa la noche en vela por el miedo a que vengan a buscarlo y Alex llora cada que siente la ansiedad de Joaquín.

―Tú mismo admites que regresó por su propio bien, no entiendo porque sigues defendiéndolo, ¿cómo estás tan seguro de todo lo que dice? Ya te engaño una vez, podría volver a hacerlo si el idiota de Mariano viene a buscarlo.