Conflictos Internos

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Emilio POV

Terminé la llamada una vez logró quedarse dormido, había pasado por demasiado y aun cuando desde el otro extremo estaba procesando un montón de emociones, no podía compararlo, él era quien había sangrado, él que estaba solo con una familia completamente jodida y tenía que pasar la noche en una camilla de hospital sin nadie a su lado, sus emociones no eran rabia o enojo, estaba asustado y triste, podía sentirlo en cada parte de mi cuerpo y por ahora lo único que podía hacer era esperar para llevarlo a casa.

No me importaba si sus padres creían hasta el fin de los tiempos que el cachorro era de Andrés, ni si el resto del pueblo lo creía también, si al final lo dejaban regresar a la casa, porque él me había elegido a mí, era conmigo con quien quería estar incluso si no me permitía marcarlo, él era feliz con que fuera nuestro guisante, que una parte de mí estuviera en la formula nunca pareció molestarle y eso era todo lo que me importaba.

Me mantuve apartado del grupo por un rato con la intención de calmarme, no quería estallar de nuevo y que esta vez los padres de Joaquín me vieran teniendo un ataque de rabia, pensaba que quizás el que creyeran que era Andrés, mantendría al guisante a salvo y no quería causarle más estrés a Joaquín, así que debía mantener un perfil bajo al menos hasta que pudiéramos regresar. Aunque eso no evitó que la ansiedad se instalara en mi pecho.

Pasada media hora Andrés regresó a buscarnos, así que me reuní de vuelta con el resto del grupo, eran pasadas las tres de la mañana, todos tenían ojeras y me dedicaban miradas consternadas, debía verme peor que todos ellos juntos.

― ¿Qué dijo el doctor? ―musité ignorando sus ojos sobre mí, no quería que hicieran sugerencias sobre irnos o que descansara, porque lo último que haría ahora sería dormir, el pelinegro sonrió brindándome algo de tranquilidad después de todo lo que había pasado.

―Dijo que el golpe causo una reacción en cadena en el cuerpo de Joaquín, al parecer cuando un omega está embarazado y no tiene una marca, el cachorro puede sentirse rechazado, causando amenazas de aborto o la perdida total del bebé, pero el guisante es fuerte y se aferró a Joaquín. ―musitó demasiado entusiasmo para mi gusto, me estaba diciendo que aun había un riesgo y sonreía como si nada.

―No creo que esa sea razón para sonreír, todavía podría perder al cachorro. ―mascullé con el ceño fruncido, los chicos pasaban de uno a otro sin querer tomar bandos, pero Andrés solo suspiró paciente.

―El doctor dice que, si su destinado lo marca, no debería tener más problemas durante el resto de su embarazo. ―explicó con una sonrisa que tranquilizo al resto del grupo que ahora me miraban con esperanzas, mientras yo solo podía pensar en esa mañana meses atrás, él no quería que lo marcara. ―Solo tenemos que llevarte arriba, sus padres dijeron que irían a conseguirle ropa, creo que si nos organizamos podemos distraer a las enfermeras para que subas a verlo. Una vez estén unidos sus padres no podrán llevárselo y lo llevaremos a casa.

― ¿Qué pasa si no soy su destinado? ―murmuré tragándome el nudo en la garganta, nunca hablamos de ello realmente, él solo había puesto un límite que yo acepte, aunque doliera, la doctora nos dijo que estaría bien mientras estuviéramos juntos, pero ahora estaban empujándome contra las cuerdas y ni siquiera estaba seguro de que él pudiera considerarme como su alfa.

―No tienes que preocuparte por eso, todos sabemos que lo son, sé que tienes problemas con el compromiso y esas cosas, pero es obvio que te importa Joaquín más de lo que dejas ver. ―exclamó dándome una palmada en la espalda, con las miradas de todos fijas en mí acompañadas de amplias sonrisas de ánimo, dolió admitir que no era yo quien tenía dudas.

―Necesito saber si hay riesgos, nunca hablamos de ser destinados, no empezamos esto porque sintiéramos un flechazo o algo así, solo entro en celo y yo estaba ahí. ―murmuré incapaz de poner en palabras que Joaquín no me consideraba su destinado, era más fácil que todos me creyeran un idiota a tener que explicarles lo que estaba pasando entre nosotros.

MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora