𝔐𝔬𝔫𝔞𝔯𝔮𝔲𝔦̨𝔞 ℌ𝔬𝔫𝔬𝔨𝔲𝔰 ☾︎ᵘⁿ ᵐᵘⁿᵈᵒ ᵈᵉ ᵐᵃᵍⁱᵃ☾︎
❛❛𝒰𝓃 ℱℯ́𝓃𝒾𝓍 𝒷𝓁𝒶𝓃𝒸ℴ ℯ𝓈 𝓊𝓃𝒶 𝓂𝒶𝓁𝒹𝒾𝒸𝒾ℴ́𝓃❞
Tras cinco años de aislamiento del mundo exterior, Hyorin Fénix y su hermano Hyunjun deciden abandonar su hogar en el Reino de las Ni...
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☾︎𝓞𝓶𝓷𝓲𝓼𝓮𝓷𝓽𝓮☾︎
Tan rápido como cae un rayo los ojos de Hoon se abren y un dolor indescriptible llega a su cabeza, por unos segundos se encuentra perdido en el lugar donde había caído. Recuerda lo pasado y comprende que después de lanzar aquel poderoso hechizo una fuerza golpeo su cuerpo y después recuerda en blanco. Estaba tendido en el piso, sin su playera y con su varita a distancias de su mano. Estira su brazo derecho y la varita vuelve a él en un segundo.
Trata de levantarse de aquel oscuro piso, poniendo sus manos con fuerza para impulsarse, pero con un mareo como si todo girara a su alrededor. Aquello lo estresaba demasiado, el sentirse vulnerable, aunque sea por aquel instante y se encuentre solo.
Una vez logra ponerse en pie y recuperarse observa enfrente de él, el cuerpo de Hankyeon seguía colgado como siempre, pero ahora su piel estaba tornada más blanca que crema, y sus venas se podían reflejar más que antes y de ellas un color oscuro dominaba. Por más que Hoon lo hería nunca lo había visto así. ¿Al fin mi hechizo había funcionado? pensaba Hoon.
Se acerca a él y lo agarra por el mentón, lo primero que siente es el frío que emana su piel y no encuentra ninguna señal de vida. Piel blanca y helada, venas negras y cuerpo inmóvil. Con que así lucía un Honokus al perder su poder entraba en la mente de Hoon a lo que empezó a reírse en volumen bajo, al fin había silenciado a ese odioso Honokus después de cinco años casi seis.
Se aleja de Hankyeon con dificultad, le costaba mantenerme en pie. Lo único que molestaba a Hoon aparte del dolor era el sentimiento de ansiedad, no sabía ni podía comprobar de una forma sencilla si el hechizo había funcionado o solo se había lastimado.
- ¿Padre?- la voz de alguien joven se escucha un poco a la distancia cada vez acercándose un poco más. Era Soo el único hijo de Hoon, el cuál en la cabeza de Hoon solo podía pensar que casi era momento de darle buen uso.
-Ah, Soo. ¿Qué haces aquí? -La risa para por la interrupción del joven. Sus ojos reflejaron preocupación una vez llegando a donde su padre se veía herido y corre a sus brazos para cargarlo y evitar caer al piso.
-Te tardaste demasiado, llevas seis horas aquí adentro y me preocupe. - Su cabello negro pasa por debajo del mentón del Fénix blanco cuando lo abraza. Le desagradaba tanto su cabello, negro como el de su madre.
-Tienes dieciséis años y aun no entiendes que no tienes que preocuparte por mí, Soo. Nadie es mejor que el Fénix Blanco. - lo aparta de sus brazos y camina hasta un rincón con líquidos mágicos que él había creado. Hoon en ese momento solo quería algo que le quitara ese dolor que no lo dejaba caminar.
-Eres lo único que tengo, padre. - encuentra lo que busca y lo toma en segundos. Ignorando a Soo pero en su mente pensando lo patético que eran sus sentimientos.
-Soo, tu nombre significa líder. Tus sentimientos nunca tienen que ser parte de tus decisiones. Estas aquí porque cosas inútiles te motivaron a venir. Ahora dime ¿ya tomaste tu medicamento? - Al verlo no veía ninguna pizca de autoridad, le daba rabia a Hoon.
