Me quedo impactada al ver los ojos de este hombre, porque no es un chico como pensé, es un hombre. Sus iris son de color rojo intenso, algo que nunca he visto en la vida.
¿Será que es un vampiro?
¿Edward, eres tú?
Vale, creo que aún estoy en shock y no caigo en cuenta de que mi vida está en peligro si eso es cierto. No puedo morir tan joven, apenas acabo de salir en libertad para poder vivir, sería injusto.
Doy un paso atrás con el corazón en la boca, luego otro, y veo como él da un paso hacia adelante para acercarse a mí. Levanta una mano en dirección a mi rostro y ese movimiento hace que pierda la calma y grite con toda la fuerza de mis pulmones.
—¡AAHHH! —Veo como da un pequeño brinco en el lugar y abre sus ojos ¿asustado?
Retrocede un paso atrás, y al hacerlo, tropieza y cae sentado en la tierra, pero en ningún momento deja de mirarme.
—Por favor, no me mates, soy muy joven para morir. Mi sangre no es nada buena, ni siquiera los mosquitos me pican. —Lloriqueo mientras me abrazo a mí misma.
Siento algo en la mano cuando toco mi codo y al mirar, palidezco. Al parecer al caer me he raspado y tengo un poco de sangre.
Ya valí.
Veo que él se levanta rápidamente y viene hacia mí. Cierro los ojos en espera de mi final; por lo menos será una muerte peculiar. Pasan unos segundos y abro los ojos al no sentir nada. Volteo hacia atrás al no verlo y lo encuentro a orillas del lago observando su reflejo.
De repente da un paso atrás y me mira asustado. Cubre sus ojos con ambas manos y se aleja poco a poco de mí.
Yo frunzo el ceño ante su comportamiento, parece hasta más asustado que yo. Bien, debo empezar a descartar la posibilidad de que me pueda atacar, no parece muy peligroso en estos momentos. Tal vez no sea un vampiro después de todo.
Logro calmarme un poco mientras veo como él se aleja dando pasos hacia atrás y vuelve a caer torpemente. Me preocupo y me acerco a su cuerpo.
—¿Estás bien? —Pregunto una vez que llego y me agacho a su altura.
Él no deja de cubrirse sus ojos mientras lo siento tenso por mi cercanía. Asiente luego de unos segundos sin mirarme, así que decido dejarme caer en mi lugar para estar más cómoda frente a él.
—Oye, lo siento mucho si te asusté, pensé que eras un vampiro que venía a comerme en medio del bosque. —Escucho como resopla por lo bajo.
—¿Qué? Tiene sentido si te pones a pensar. —Defiendo mientras acomodo mi largo vestido. —¿Cómo te llamas?
—...
—¿No me quieres hablar? —Se encoge de hombros en respuesta.
—Vale, pues hablo yo... Mi nombre es Kaia Mitchell, tengo veinticinco años y como podrás notar acabo de fugarme de mi propia boda.
No responde pero veo como aparta un poco las manos de sus ojos para mirar mi vestido.
—Oye, puedes dejar de cubrirte ya. —Digo para que vea que no me voy a volver a asustar si es lo que le preocupa. Pero como respuesta solo vuelve a apretar más las manos contra su rostro.
—¿Sabías que es de mala educación no mirar a las personas cuándo te hablan? —Él se encoge de hombros y yo ruedo los ojos.
Tomo valor, y acerco mis manos a las suyas, rezando internamente para no enfadarlo al hacerlo. Cuando nuestras manos hacen contacto noto como se tensa, así que solo mantengo mis manos sobre las suyas sin apartarlas de sus ojos.
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Nuevo Comienzo
RomanceKaia se encuentra envuelta en la tristeza, la oscuridad, la desesperanza; siente que su vida solo irá a peor si da el siguiente paso con el hombre que ha causado todo su sufrimiento.... Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, y son...