Capítulo 3

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—¿Estás bien? —Dice el hombre frente a mí y abro los ojos.

De solo verlo, todo el miedo que sentía de evapora. Es un hombre joven, alto, guapo, de cabello negro, musculoso, y unos hermosos ojos verdes. Y no por ser guapo es que no temo, sino por la bata médica que lleva en sus brazos y el aspecto pulcro.

Puede que las apariencias engañen, pero este hombre no tiene pintas de ser maleante.

—Sí, solo me asusté un poco... pensé que me atracarían. —Respondo luego de una vergonzosa eternidad dónde lo he reparado de arriba hacia abajo.

—Lamento si te asusté, no era mi intención. Solo me preocupó verla así caminar sola en la noche.

Y claro, no había pensado en mi apariencia; es imposible no llamar la atención así. Una chica en medio de la noche caminando descalza por la calle con un vestido de novia lleno de tierra.

—Buscaba un lugar para hospedarme y mi auto se quedó sin combustible de tantas vueltas, así que me tocó caminar para no dormir en él. —Explico y él asiente.

—Entiendo... Bueno, creo que tengo la solución a tu problema. —Dice y yo lo miro atenta.

—¿Ah sí? —Pregunto emocionada. La verdad es que ya estoy muy cansada y hambrienta.

—Sí. Yo vivo cerca de aquí y tengo un lugar disponible para que puedas quedarte. Era mi antigua casa, pero que hace un tiempo no utilizo y los inquilinos a los que se la rentaba se mudaron hace unos meses, así que si te interesa podrías quedarte ahí.

Mis ojos se iluminaron. Después de tanto buscar, al fin tendría dónde quedarme, y si es una casa mejor; no es que sea muy quisquillosa respecto al lugar donde viviría, pero siento que tendría más privacidad que al alquilar una habitación.

—Me parece perfecto. —Sonrío ampliamente y él me hace un gesto para que lo siga.

—¿En cuánto me saldría? —Pregunto luego de unos minutos.

—Depende de cuántos días te quedes. Si es más de una semana te rebajamos un poco el precio.

Lo pienso un poco. ¿Cuánto tiempo necesitaré para que se calmen las cosas en casa y con Hansel? No lo sé, pero ese hombre es casi incansable. Tal vez debería quedarme para toda la vida; me aterra volver a verlo.

—Uno o dos meses. —Hace una expresión asombrada con el rostro y luego asiente.

—Vaya, es bastante tiempo, mayormente las personas solo vienen por unos días o alguna semana, así que te haré una rebaja especial por quedarte tanto tiempo. —Me sonríe y yo me sonrojo un poco. Tiene una bonita sonrisa.

—Gracias, muy amable.

Caminamos por unos pocos minutos más en los que me dice el precio de la renta, bastante barato para ser una casa. Y mentalmente rezo para que no sea un lugar muy destruido.

—Llegamos. —Avisa cuando estamos de frente a una casa.

Avanzamos por un pequeño jardín hasta la entrada. Veo que saca un llavero de su bolsillo y abre la puerta. Sonrío levemente al ver que el llavero es un corazón muy tierno.

Avanzo detrás de él hacia el interior de la casa; veo como lleva su mano a un interruptor y el lugar se ilumina. Me quedo impactada al ver el salón, es hermoso y grande. Tiene un largo sofá frente a una gigantesca pantalla; hay varios cuadros artísticos en las paredes, además de algunos adornos.

—Aquí delante está la cocina y el comedor, más un baño para invitados. En el piso de arriba hay dos habitaciones y un estudio, cada uno con su baño correspondiente. —Me explica mientras yo solo puedo asentir, sin dejar de pensar que el precio no le hace honor a la hermosa casa que tengo frente a mis ojos.

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