Capítulo 10

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Capítulo dedicado a mi niña Yuliana. Espero que te guste el capítulo y que te emociones tanto como yo. Disfruta de tu amor literario Luke. 🤗😘

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KAIA

Me siento mucho más calmada y aliviada de que el intruso solo haya sido un ladrón y no alguien enviado por Hansel. Luke se ha ofrecido a quedarse conmigo mientras esté aquí y, aunque me apena mucho, estoy agradecida. Es bueno tener a alguien que me haga compañía, y así no sentirme sola, además de que sé que me cuidará.

Cuando entramos a la casa y vi al intruso inconsciente en el suelo y lleno de sangre, me asusté, pensé que estaba muerto, y Luke, el tierno Luke, fue quien lo dejó en ese estado. Luego borré cualquier pensamiento recriminatorio hacia él; lo había hecho por mí, para protegerme, y nadie podía reclamar su forma de actuar porque no era culpable de todo lo que le hicieron en aquella isla y todo los cambios que provocaron en él volviéndolo agresivo.

Llevo a Luke hacia la que será su habitación, queda justo después de la mía y es igual en su interior, pero con la diferencia de que el baño está en el pasillo y no dentro.

—Ponte cómodo, estás en tu casa, literalmente. —Bromeo y él sonríe ligeramente antes de caminar a la cama y dejar una almohada que trajo junto a un pijama, un cepillo de dientes y la guitarra.

—Gracias otra vez por quedarte aquí conmigo. —Digo y él se encoge de hombros restándole importancia.

De un momento a otro veo cómo se saca la remera que lleva puesta, dejando expuesto su abdomen definido. Antes de que baje sus pantalones, doy media vuelta y camino hacia la salida.

—Yo iré a mi habitación, hasta mañana. —Digo sintiendo el calor en mis mejillas y, sin mirar atrás, salgo de ahí.

Doy vueltas y vueltas en mi cama sin lograr conciliar el sueño, el susto de pensar que fuera Hansel quien entró a la casa me espabiló por completo. Veo que es más de media noche, así que me levanto y bajo al salón lo más silenciosa posible. Voy a la cocina y me sirvo un poco de leche para ver si me ayuda a dormir. Doy la vuelta para volver a mi habitación, cuando veo a Luke de frente y pego un grito del susto dejando caer el vaso al suelo.

—Dios mío, Luke, me asustaste. —Digo en un suspiro con la mano en el pecho. Él me observa apenado y baja la vista al suelo, dónde están esparcidos los trozos de vidrio que se han roto.

Al estar todo oscuro no puedo ver bien cuántos vidrios hay, así que voy a comenzar a caminar con cuidado porque estoy descalza, pero Luke pone su mano en mi hombro para detenerme. Niega con la cabeza y, sin previo aviso, me levanta tomada por la parte trasera de los muslos. Chillo de la impresión y me sostengo de su cuello para no caer, aunque no parece molestarle mi peso, es como si cargara una pluma.

—Gracias. —Susurro sobre su cuello y siento como su piel se eriza. Me dedico a inhalar su aroma mientras me lleva al sofá.

Huele demasiado bien.

Se inclina para colocarme en el sofá con cuidado, pero se tropieza y ambos terminamos cayendo, él encima de mí, entre mis piernas y con las manos aún en los muslos. Reímos ante lo ocurrido y Luke se incorpora un poco para poder observarme feliz. Al ver su sonrisa solo puedo pensar en lo bonita que es.

Su sonrisa me da mil años de vida.

Veo que relame sus labios y el recuerdo del beso viene a mi mente. Se sintieron tan bien y solo fue un pequeño roce.

Kaia, deja de pensar en esas cosas con Luke, es muy inocente.

Subo la mirada a sus hermosos orbes rojos y los encuentro concentrados en mis labios. Un cosquilleo se forma en mi estómago y mi respiración comienza a tornarse irregular. Cuando clava su mirada en mis ojos, una fuerte corriente me recorre de pies a cabeza, transmite tanta intensidad que mi corazón se acelera en anticipación.

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