Capítulo 16

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KAIA

Desde la mañana Luke está raro... Más de lo normal.

No ha querido reunirse con nosotros en el jardín para desayunar. Se escabulle solo por comida cuando no hay nadie merodeando por la cocina y no quiere hablar con nadie, ni siquiera conmigo. Pero sobre todo me he fijado que corre despavorido cuando ve a Andrea.

Las clases para hablar bien las he pospuesto para mañana porque no ha querido abrirme la puerta de su habitación las veces que he ido. Nunca me había hecho algo así, ni siquiera cuando se molestó conmigo por decirle que no sentía nada por él.

Me duele ver que luego de lo que ocurrió anoche esté así. Una parte de mí piensa que ciertamente solo estaba confundido y que ya no quiere saber de mí, pero la otra piensa que sus palabras fueron sinceras y que sólo sucede algo ajeno a nuestra relación o lo que sea que tenemos. Es como el diablito y el angelito; uno expresa pura cizaña y el otro justifica todo.

Me preocupa que sea algo asociado al cambio que presentaron sus ojos la noche anterior. Tal vez esté presentando nuevas secuelas por lo que hicieron con él en aquella isla. Debo hablar con Andrea y Mark sobre eso para que lo lleven a revisarse.

Ahora estamos en la salida de la mansión despidiéndonos de Aaron y los chicos, que quedaron en pasar en unos días por casa de Andrea. Ana me ha confesado esta mañana, luego de presionarla, que es novia de Adam y que no me lo había dicho antes porque nadie lo sabe, sólo Luke; es algo así como un amor secreto entre ellos. Eso explica por qué no veía muestras de afecto entre ellos. Aunque en mi opinión es algo absurdo que lo oculten cuando no tiene nada de malo, pero cada quien.

Luke sale con sus cosas y, sin despedirse de nadie, entra al auto de Mark. Ninguno le presta importancia, deben estar acostumbrados a su indiferencia y su mal carácter... Pero yo no lo estoy y no me gusta nada su comportamiento.

Luego de despedirnos vamos hacia el auto y emprendemos camino de vuelta a casa. Sara está recostada a mí jugueteando con las perlas que adornan mis jeans luego de que Luke se negara a jugar con ella. Volteo a verlo y lo encuentro con lo ojos cerrados y la cabeza apoyada a la parte de atrás del asiento; tiene puesta la capucha de la sudadera y casi no puedo ver su rostro.

El camino se pasa en silencio y cuando finalmente llegamos, Luke es el primero en bajar. Ayudo a bajar a Sara y me despido con rapidez de Mark y Andrea para correr a la casa y atrapar a Luke antes de que se encierre en su habitación. Entro al salón y lo veo subir las escaleras. Apresuro mis pasos y corro por los escalones hasta que lo alcanzo en el pasillo de arriba.

—Alto ahí. No te escaparás de mí esta vez. —Digo a la vez que tomo su brazo y lo hago voltearse para encararme.

Cuando nuestros ojos coinciden mi pecho se oprime y suelto su brazo dejándolo marchar y encerrarse en su habitación.

Pensé que me miraría con enojo o fastidio por haberlo detenido, pero no estaba preparada para lo que he visto. Él me ha mirado con súplica, me ha suplicado con los ojos cristalizados que lo deje ir. El dolor, la desesperación y el miedo que han expresado sus orbes rojos me han partido el alma.

Con un nudo en la garganta y la preocupación latente, bajo a preparar la cena notando ya es tarde. Como no estoy de ánimos, preparo macarrones con queso que es lo más rápido y agarro un plato para llevarle a Luke a su habitación. Toco su puerta pero no responde, así que me inclino y dejo su cena en el suelo.

—Luke, te he dejado macarrones con queso. Come ¿sí? Yo volveré abajo. —Digo y vuelvo al salón. Sonrío al escuchar el sonido de su puerta y puedo cenar tranquila mientras veo una película en la tele.

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