Capítulo 14

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Veo cómo se acerca hasta llegar a mí y casi caigo al dar un paso atrás pero sus manos sostienen mi cintura. Trago saliva con dificultad al ver el rostro de la última persona que esperaba ver aquí.

—¿Por qué... lloras? —Pregunta Luke acunando mis mejillas con una de sus manos. El aire despeina sus rizos negros dejando ver su rostro con más claridad a pesar de la poca luz que hay en la terraza.

—Yo creí... Creí... Nada. —Digo finalmente mientras me separo un poco y limpio mis mejillas con una estúpida sonrisa y completamente aliviada.

¡No era él!

Luke me observa con el ceño fruncido por mi cambio de expresión pero no dice nada y solo se limita a asentir. Sorbo mi nariz y camino hacia un costado donde hay un muro mediano pegado a la pared. Intento saltar para poder sentarme pero fallo en el intento. Escucho la risa de Luke a mis espaldas y volteo a verlo con los ojos entornados.

—¡No te burles! —Me cruzo de brazos y me recuesto de espaldas a la pared. No intentaré subir otra vez, no quiero pasar más vergüenza.

Él sonríe de lado desarmándome en un segundo y mientras me quedo embobada se acerca a mí. No me doy cuenta hasta que me toma de la cintura y me levanta del suelo sin esfuerzo alguno. Suelto un chillido de sorpresa y me sostengo de sus hombros. Me deja sentada sobre el muro y se coloca entre mis piernas con las manos a cada lado de mis muslos.

—Gracias. —Digo en un susurro sin poder evitar pensar en su fuerza. No estoy acostumbrada a que me carguen así; Hansel nunca me tomaba en brazos porque según él yo no soy de peso ligero. Y realmente, por más absurdo que suene, siempre he deseado que mi chico lo hiciera, así como en las películas que siempre veo y los libros que leo... Estaba resignada a que nadie lo haría por las palabras que decía de mi ex sobre mi peso, pero llega Luke y me toma como si fuese una muñeca de trapo. En el tiempo que llevo conociéndolo me ha cargado más de lo que podría imaginar.

—¿No te peso, Luke? —Pregunto con curiosidad y él me mira con el ceño fruncido. Niega con la cabeza como si fuese lo más absurdo que ha escuchado.

—No. —Sonrío y antes de poder procesarlas, mis palabras salen mientras toco sus brazos inconscientemente.

—Eres tan fuerte... —Abro los ojos de par en par y alejo mis manos al caer en cuenta de lo que acabo de hacer. Siento mis mejillas calientes al escucharlo reír por lo bajo. —Lo siento... Yo... Solo estoy impresionada, no estoy acostumbrada a que me carguen así. —Levanto la vista apenada y noto que él me mira atento. —Mírame, no soy delgada, mi ex decía que ningún chico querría cargarme en brazos por eso, pero entonces llegas tú y lo haces ver tan fácil... Aunque claro, tu fuerza es mucho mayor que las de las personas normales, así que...

—No pesas. —Me interrumpe mirándome con una expresión seria. —¿Te... gusta que te... tome... en b-brazos? —Pregunta con dificultad y me siento orgullosa de lo bien que avanza con las palabras.

—Yo... Bueno, la verdad es que sí. —Admito con las mejillas sonrojadas. Él se acerca más a mí, coloca sus manos en mi trasero y me impulsa hacia su cuerpo. Mi pecho queda pegado completamente al suyo y de forma inconsciente cierro mis piernas alrededor de su torso; gracias a la altura del muro en que estoy, quedo justo frente a su rostro.

—A mí también. —Susurra en voz baja y yo trago saliva. Mi corazón late más rápido y las manos me cosquillean por peinar el cabello que cae sobre su frente, pero me contengo, lo que me hace caer en cuenta de algo.

—¿Luke... dónde está tu gorro? —Él, sin despegar sus manos de encima de mi trasero, rueda los ojos.

—Adam. —Gruñe con fastidio. Yo abro los ojos de par en par al caer en cuenta de lo que sucede.

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