Capítulo 8

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—Perdón. —Se disculpa una mujer qué pasa a nuestro lado. La misma qué ha chocado con Luke y lo ha impulsado hacia mí.

Luke se endereza rápido y relame sus labios inconscientemente, ocasionando el calor en mis mejillas. Intento no pensar en lo que acaba de pasar, en la sensación de sus labios sobre los míos, tan suaves, tibios, pero me resulta imposible. Aún puedo sentir la presión que ejercieron, como un fantasma que se aloja en mi boca; invisible pero presente. Mientras tanto, un incómodo silencio se instala entre ambos.

Kaia, él no habla, el silencio es solo por ti.

—Eh... Uy, que accidente ¿no? Nos besamos. —Una risita nerviosa sale de mis labios mientras hablo y Luke asiente sonrojado pero sin dejar de mirar fijo mis ojos, bueno, mis labios. —Es algo normal, o sea, no besarnos, digo el accidente.

Decido callarme para no seguir avergonzada por todo lo que sale de mi boca. Luke sonríe un poco y muerde su labio inferior; volteo la vista para no verlo.

—Bien, vamos para la librería. —Comienzo a caminar mientras maldigo internamente por decir eso; se supone que iríamos al mercado no a la librería, pero no voy a retractar mis nerviosas palabras, así aprovecho y compro algún otro libro.

Luke recoge del suelo la bolsa de los perfumes y me sigue hasta la librería del centro. Es más grande que la anterior a la que fui; tiene seis filas de largos estantes por todo el salón. Las paredes están cubiertas también por altos estantes que necesitan de las escaleras qué hay a los costados de cada uno para alcanzar los libros de arriba. También hay un mostrador con accesorios para los libros: marcadores para las páginas, post-it y más cosas.

Dejo a Luke en la sesión de mangas para que revise los cortos textos y vaya familiarizándose un poco con ellos, mientras yo me dirijo hasta la sesión de romance que está al fondo de la librería y tomo la escalera móvil qué hay a un costado para poder revisar los libros, pues están en la parte superior del estante. Hay varias historias que llaman mucho mi atención, así que las tomo para comprarlas mientras reviso otras más antes de irme.

Volteo hacia mis pies para comenzar a bajar, cuando veo a Luke debajo de mí a unos metros de distancia observando sin disimulo alguno mi trasero. Me quedo boquiabierta sin saber que decir, literalmente me ve las bragas porque llevo puesta una falda blanca ancha.

—Luke... —No contesta ni reacciona, sigue ahí concentrado y no sé si sonrojarme o reír. —¡Luke! —Se sobresalta ante mi fuerte llamado y rápidamente eleva la vista a mi rostro.

Comienzo a bajar hasta llegar al suelo y lo encaro, pero no sé qué puedo decirle cuando yo misma lo miré de arriba a abajo en el momento en que se cambió de ropa, así que simplemente se me ocurre aconsejarlo.

—¿Qué mirabas, Luke, mis bragas? —Digo señalando mi trasero y él asiente sin dudar.

Vale, no tiene idea de nada.

—¿Cómo te digo esto? —Hablo pensativa mientras busco la forma de decirle. Engancho mi brazo libre al suyo y comenzamos a caminar hacia la caja registradora de la tienda para pagar los libros que escogí y el manga que tiene Luke en su otra mano. —No se debe mirar el trasero a una mujer, o sea, no es correcto, a menos que sea tu novia y pues ahí sí puedes porque es tu novia y ella lo permite, pero a otras chicas no, o por lo menos hacerlo disimuladamente. —Me enredo al no saber cómo explicarle y decido callar. Él asiente como si hubiese entendido y fija la vista al frente.

Luego de pagar, salimos hacia el mercado y compramos algunas bebidas frías y comida chatarra para mi idea de la clase de hoy; será en el parque que vi hace unos días, le enseñaré un poco más sobre las palabras, leeré un poco para él e intentaré que él también lo haga.

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