Chapter 12
14:48. Llevaba todo el día de los nervios. Carrie era increíble. Se lo había contado y lo único que había hecho era reírse.
14:49. No aguantaba más. ¿Quién sería ese misterioso chico? ¿Y si era un psicópata loco? ¿Y si quería matarla?
14:50. Era la hora de la verdad. Si el chico llegaba tarde, se iría y lo bloquearía en whatsapp. No quería que la rompieran el corazón otra vez.
Alguien la tocó por detrás.
- Kian, ahora no tengo tiempo para estupideces. Déjame en paz.
- Esa parece ser tu frase favorita. La dices en mensajes, por whatsapp y en todos los sitios, ¿verdad?
NO, NO, NO.
- ¿QUÉ ACABAS DE DECIRME?- dijo fuera de sí.- Tu no te llamas Rob. Tu nombre es Kian.
- Me llamo Kian Rob Lawley. Sabía que si te decía realmente quién era no querrías quedar conmigo.
- Pero, ¿qué pasa con tu hermano?
- Alexander es un cabrón. ¿Sabes por qué dejó de hablarte realmente? Porque le conté que me gustabas aunque no hubiese hablado nunca contigo. Él estaba enamorado de ti pero yo no lo sabía.
- ¿Cómo es que te...te...?
No le dio tiempo a decir nada. En un abrir y cerrar de ojos la cogió, atrajo hacia sí y la besó. Sus labios eran carnosos, y suaves. Besaba muy bien. Alexander nunca la había hecho sentir así cuando la besaba. Era extraño. ¿Qué estaba haciendo? Le estaba siguiendo el juego y eso era lo que quería. Quería darle más problemas de los que tenía y romperle el corazón de nuevo. Se separó bruscamente y lo empujó hacia atrás haciendo que se golpease contra la parada del autobús.
- Eres un idiota. Sólo quieres meterme en más problemas de los que ya tengo. No quiero que nadie más me rompa el corazón. Ya he tenido suficiente, he quedado contigo y ahora ya puedes dejarme en paz.
- Eres bipolar y te montas muchas paranoias en la cabeza.- dijo sonriendo.- ¿Te crees que he hecho todo esto sólo para meterte en un problema? Por eso me gustas, eres tan soñadora, bipolar y mal humorada...
- Primero haces que quede contigo y me molestas, luego me besas sin mi permiso, después me insultas. ¿Algo más?
- Si. Ven.- la cogió de la mano e hizo que se subiese a su coche.
- ¡NO QUIERO! ¡DÉJAME EN PAZ! ¡SOCORRO! ¡ME ESTÁN SECUESTRANDO!
- Te he dicho que quedaba una cosa. Te estoy secuestrando y voy a llevarte a un sitio.
Intentó abrir la puerta pero no lo consiguió. El motor ya estaba en marcha y la puerta y la ventanilla tenían puesto el seguro. Se incorporó hacia atrás y suspiró.
- Al menos podrías haberme dejado ir delante.
- Eres un poco infantil, ¿no?
- Y tu eres demasiado idiota, ¿no?
- Si. Eso creo. Me lo van diciendo por ahí, pero no se si será verdad.
- ¿Adónde vamos?
- A comer. ¿Por qué? ¿Es que tu no comes?
- Claro que como. ¿Eres retrasado o qué? Todas las personas comen, por si no lo sabías.
- Es que tu no eres una persona.
- Esta conversación es demasiado estúpida. No pienso seguir hablando contigo.
- Sólo te falta decir: "Pues ahora me enfado y no respiro."
- Cállate.
No pensaba hablarle más. Era idiota. Parecían dos niños pequeños peleando. Pasaron al lado de casa de Alice. Iba a quejarse pero hizo un puchero y se calló. Lo estaba haciendo aposta para provocarla.
Llegaron a un restaurante antiguo pero muy bonito.
- Esto es feísimo.
- En realidad se que en el fondo te gusta.
- Pues vale. Bien por ti.
- Eres una enana y una infantil, ¿lo sabías?
- Quiero una hamburguesa y unas patatas. ¡Ah! Y una fanta. La cocacola no me gusta.
- Vale. ¿Algo más?- dijo en tono irónico.
- Ha sido idea tuya invitarme. Ahora te aguantas. Lo siento mucho.
- Te he invitado porque creía que no comías. Ya sabes- hizo gestos señalándola- eso.
- Eso no se dice. No estoy flaca, y no es mi culpa ser así, un poco delgada. ¿Vale?
- Lo siento Alice. No quería decir eso.
- Ya lo sé. No pasa nada.
Les trajeron la comida pero Alice no la tocó.
- ¿Qué te pasa? ¿No comes?
- Kian, ¿qué pasará si tu hermano nos ve?
- ¿Aún le quieres?
- ¡Pues claro que lo quiero! ¿Tu qué crees?
- No pasa nada. Sólo eres mi amiga, yo soy tu amigo y estamos comiendo en un restaurante feo.
- Pero me has besado.
- Él no lo va a saber a menos que se lo cuentes.
Ya no podría ver a Alexander porque los remordimientos la atacarían por dentro. Si quería volver con él tendría que contárselo. Pero, ¿Realmente quería volver con el? Ahora había tres chicos. Era como uno de esos triángulos amorosos que había en las novelas.
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Erase & Forget
Teen FictionAlice intenta olvidar aquel terrible "incidente" que ha marcado su vida mucho más de lo que puede llegar a imaginar. Un tiempo después de este suceso, conoce a una serie de chicos que harán que su vida pase de la felicidad al caos. Una tarde, al s...