Capítulo 29: corazón infantil

366 21 2
                                    

Al día siguiente me levanté de mi cama con algo de dolor en mi pecho, lo cual debería de ser imposible ya que el dolor no existe en Aincrad, vi la hora en el reloj en mi campo de visión, eran casi las once de la mañana. Me dirigí hacia la cocina pues necesitaba algo de comer, puede que no sea necesario, pero la presión psicológica es muy fuerte, cuando llegué me di cuenta que ya no tenía nada en las alacenas y como no se cocinar nada es preciso que vaya hacia el pueblo y compre algo en las tiendas locales para poder saciar mi hambre. Llegué a la puerta principal de mi casa y voltee a ver la casa aún sin decorar, la imagen de Alanna con un menú abierto mientras miraba la sala llegó a mi mente, una alucinación muy real, sacudí mi cabeza dos veces para sacármela de la mente.

mentiste”

 

“¿Eh?”

Escuché una voz provenir detrás de mí, voltee mi cabeza para ver la sala vacía. Pareciera como si algo me hablara.

“Tú me has mentido”

 

Nuevamente esa voz habló más claro, como si tratara de llamar mi atención y culparme de algo. Voltee a ver hacia la puerta que da al jardín trasero.

“¿Qué es… eso?”

“¿Por qué?”

 

“¿a…a qué te refieres?”

Comencé a caminar hacia la puerta con algo de temor, la primera vez que lo siento desde que entre a este juego infernal, las ansias de saber qué es lo que me llama hace que me siente algo nervioso. Llegué a la puerta, llevé mi mano hasta la perilla y la giré para salir al patio de atrás. Lo que vi fue una figura vestida de verde y pechera blanca, exactamente igual a…

“fue tu culpa Leoni”

 

Me quedé helado, la figura se dio la vuelta dramáticamente solo para revelar una cara totalmente diferente a la que conocía desde hace solo unas semanas. En vez de tener esos hermosos ojos esmeraldas, las cuencas estaban totalmente vacías, en el fondo había una luz roja demoníaca y sangre salía de las mismas; sus ropas estaba cubiertas de sangre y los datos salían de la herida que la mató, entonces abrió la boca y la voz era totalmente diferente a la que me hablaba al principio, más grave, casi de ultratumba.

“¡MALDITO! ¡¿POR QUÉ NO ME PROTEJISTE?! ¡ERA TU DEBER!”

“y-yo… yo… yo…”

“¡¡MALDITOOO!!”

Con ese grito ensordecedor desenvainó una espada morada rodeada por un aura negra y se lanzó contra mí.

“¡TU ME DEJASTE MORIR!”

“¡NOOO!”

“¡AAHH!”

Me desperté gritando en mi cama nuevamente, mi respiración estaba alterada e inestable, si pudiera sudar en este mundo de seguro lo estaría y los ojos los tenía llenos de lágrimas que querían derramarse. Las sabanas que me cubrían estaban tiradas a un lado de mi cama.

“fue solo… un… sueño”

Revisé el reloj en mi campo de visión, eran las 11 de la mañana, la misma hora que en el sueño. Me levanté de mi cama con algo de miedo mientras caminaba por la casa, bajé hasta el primer nivel y vi la casa sin decorar. Regularmente hubiera ido a la cocina por algo de comer pero hoy decidí salir de la casa rápidamente, simplemente me equipé mi típico abrigo rojo, camisa roja, pantalón negro, botas negras y mi espada en mi espalda; desde aquel día dejé de usar escudos ya que no me duraban mucho. Me alejé de la casa y me dirigí al pueblo central, no era muy grande pero habían muchas ventas, me levanté sin apetito así que solo decidí sentarme en una banca a las orillas de la plaza, pude escuchar a los NPC que vendían sus productos con frases muy malas y los pasos y las conversaciones de los jugadores entre sí, enterré mi cara entre mis manos mientras me apoyaba en mis rodillas, mi respiración aún no se calmaba y sentía mis ojos volverse a llenar de agua. Las imágenes de ese sueño se sentían tan reales, entonces sentí una mano muy pequeña tocar mi cabeza.

Sword Art Online: Fuerza Incontrolable (SAO Fan Fiction volumen I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora