Freedom • Noren

Once

Esa noche la playa era iluminada por fuegos artificiales y luces de bengala que ardían como estrellas al final de una vela de deseos.

Jeno estaba sentado en la arena, riéndose al ver a Jaemin y Yoshinori tratar de tomar fotos escribiendo con las bengalas y gritarse porque alguno lo está haciendo mal. Ese era su último día en la playa, sus vacaciones habían terminado sin que se diera cuenta, y los chicos querían despedirlo con fuegos artificiales y cerveza en la playa.

Renjun se dejó caer a su lado y le extendió una bengala con una sonrisa. Encendieron las varitas entre risas y las vieron arder en luces brillantes, la cabeza del chino recargada en su hombro mientras tarareaba en voz baja.

- Así que...- murmuró Renjun.- ¿Es muy raro si te pregunto qué pasa con nosotros ahora?

Jeno lo besó en la frente y sonrió.

Desde que el día del fin de sus vacaciones comenzó a acercarse cada vez más, Jeno no dejó de pensar en qué pasaría con ellos. Algo era seguro: No iba a renunciar a lo suyo.
Para amar a un chico loco debes enloquecer un poco y decidió que tal vez podía salir de su zona de confort y arriesgar.

- No pasa nada. No tengo que estar en la oficina todo el tiempo, seguro que puedo arreglar mi horario para hacer un fin de semana largo, y sólo son dos horas de Seúl hasta aquí. Puedo conducir o tomar un autobús nocturno.

-¿Puedes hacer eso?- preguntó Renjun, girando para mirarlo sorprendido.- Arreglar así tu horario.

- Cariño, tu novio es el mejor arquitecto de la firma, puedo hacerlo todo.- presumió Jeno y se echó a reír, inclinándose a besarlo fugazmente en la comisura de los labios.- Yo sólo quiero estar contigo.

Renjun sonrió y lo abrazó, besándolo profundamente en sintonia con sus emociones.

A la mañana siguiente, después de rodar en la cama un par de veces, envueltos en besos y enredados en las sábanas, Renjun y Jeno finalmente salieron de casa de Jaemin con una maleta en dirección al aeropuerto.

Sabiendo que su hermano de cualquier modo estaría visitando seguido Surfyy Beach, Jaemin lo despidió con un abrazo y un recordatorio de comer bien en Seúl hasta que regresara el fin de semana.

Renjun dejó a su novio en el aeropuerto, prometiendo conseguir un teléfono para llamarlo y esperarlo en su remolque para cuando volviera. Así, Lee Jeno subió al avión y se marchó de regreso a su trabajo.

Quien le hubiera dicho un mes atrás que extrañaría pasar cada día en esa playa, con esas personas y en brazos de su novio... Probablemente habría logrado hacerlo reír. Pero era cierto, disfrutó como loco sus vacaciones.

Volver a su departamento se sintió extraño y anticlimático, pero desempacó su ropa y trató de ponerse al día con la ciudad antes de su primer día en la oficina. Tendría que negociar un poco con Park Jungsoo si esperaba conseguir sus fines de semana largos, pero lo haría.

Renjun había preguntado qué pasaría con ellos y encontraron una solución, pero Jeno se preguntaba qué harían a largo plazo. El chino había manifestado desde el inicio que el quedaría en Surfyy Beach solamente durante la temporada de verano, significaba un mes más como máximo, y luego buscaría otro sitio.

Jeno quería saber si podría convencerlo de ir a Seúl, estaba seguro de que le gustaría. Pero, de no ser así, y si Renjun tenía planes de viajar a algún otro sitio, al menos le gustaría que esa distancia no los separara. Pese al tiempo corto que llevaban juntos, el coreano quería extenderlo mucho más, hacer de las semanas en meses, y los meses en años.