10.

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    Subí rápidamente las escaleras y me abalancé sobre la cama. Sentí ¿mariposas? en mi estómago y me preocupé. Luke Hemmings estaba irrumpiendo mis sentimientos y yo no hacia nada para evitarlo.

    Aunque mi cabeza negaba completamente accedí a darme una oportunidad sin siquiera darme cuenta. Pero ahora . . . Luke me hacía sentir especial, aunque no sea así. Me costaba admitirlo pero así era y nada ni nadie podía evitarlo.

    Y ahora que siento esta extraña sensación dentro mío, me pregunto si él sentirá lo mismo... Si él se preocupa por mi tanto lo hago yo por él... Y ahora caigo en la consecuencia del amor y de la duda.

    Sólo queda intentarlo y no pierdo nada ante ello, ¿o sí?

—¡Danna! —exclamé, con el móvil en mi oído.

—¡Julie! —replicó —. ¿Por qué tanta felicidad?

—¿Recuerdas a Luke? —murmuré y una pequeña risa se escapó de mis labios.

—¿El del faro? Sí, lo hago —rió y sonreí —. ¡Julie! ¡Te gusta Luke!

—Te odio, Danielle.

—Te conozco desde los 5 años Julie Walker, ¡te gusta Luke!

—Quizás...

—¡Lo sabía!

—Sólo que él tiene novia...

—Oh mierda, ¡pero el siente cosas por ti pequeña!

—Como sea. . . él dijo que estaba confundido y no sé si avanzar o estancar nuestra relación aquí.

—Julie, si tú no mueves el trasero juro que iré a Australia solo para golpearte a ti y a Luke.

—Está bien, entiendo. Tengo que hacer tarea, ¿te llamo luego?

—Claro, luego hablamos, te quiero.

—Y yo a ti.

    Negué sonriente y abrí el libro de matemáticas, para realizar los aburridos y complicados cálculos.

—¡Julie! —exclamó Amanda—. ¿Puedes bajar?

—¡Ya bajo! —respondí y bajé las escaleras.

—¿Puedes ir a llevarle esto a Katherine? Se lo ha olvidado esta tarde —dijo, entregándome un pequeño pero pesado libro.

—Sip, ya vuelvo —sonreí y caminé hasta la casa de Michael.

    Crucé los pocos metros que separa una casa de otra y toqué el ruidoso timbre.

—¡Julie! Pasa, por favor —exclamó Kath, sonriente.

—Hola tía, ¿cómo has estado? —pregunté, sentándome frente a ella.

—Muy bien, gracias —replicó—, ¿gustas algo de beber?

—No, gracias —negué y ella asintió—. Olvidaste esto en casa y lo he traído de parte de mi madre.

—Oh gracias Julie. Michael está arriba con Calum, por si quieres subir.

—Quisiera pero tengo que irme... —sonreí y me aproximé a la puerta.

—... ¡la próxima te ganaré hijo de puta! —escuché la sonora risa de Michael, acompañado por Calum, bajando las escaleras.

—Hola chicos —sonreí pero solo Michael me devolvió la sonrisa.

—Mike, creo que debería irme, nos vemos —se despidió el morocho y saludó a Katherine, para después salir por la puerta.

lighthouse » l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora