lighthouse » l.h

9.

    Luego de una semana de aquella noche, me encontraba acostada en mi cama con mi libro de historia y un lápiz sobre este, subrayando lo más importante de la historia de Roma y Grecia.

    Levanté la vista frustrada del aburrido libro y una pequeña piedra impactó en el vidrio de mi ventana, luego otra y otra.

    Me levanté de la cama, abrí el ventanal y una pequeña piedra aterrizó en mi cara.

—Lo siento, Juls —rió Luke —. ¿Vienes al faro?

—Tengo que estudiar Luke, mañana tengo examen de Historia. —Respondí y él hizo una mueca triste con  sus labios.

—Por favor —volvió a imitar su acción y no pude evitar sonreír —. Si no vienes, subiré yo.

—Sube, pero no molestes —dije, y Luke trepó el árbol. Me senté nuevamente en la cama y continué mi lectura.

—Hey —me sonrió y lo imité. Se aproximó a mi cama y se sentó junto a mí —. ¿Qué estudias?

—La historia de Roma y Grecia —susurré y él asintió, acercándose más a mí —. ¿Cómo estás?

—Bien, sigo confundido... ¿Cómo estuvo tu cita con ese Colum?

—Primero, es Calum, no Colum —reí y él me imitó —. Segundo, no fue una cita y estuvo bien, gracias por preguntar. ¿Cómo está todo con Aleisha?

—Es extraño, hace unos meses ya que es así... Como te dije, estoy confundido. —Asentí y volví a centrar mi atención en el libro.

Lo que ellos no sabían, es que cada vez que hablaban de sus relaciones con otras personas, caían más entre ellos. Sentían celos pero no les gustaba admitirlo. Se apreciaban entre los dos pero, estaban confundidos. Siempre había un pero que intervenía entre ellos y lo único que querían era amarse sin ninguna persona que los irrumpiera... Pero no lo entendían.

—¿Te parece que mañana pase por ti en la escuela? —cuestionó Luke y lo miré confundida.

—Está bien, voy al Southampton College y salgo a las 14:00 —informé y Luke sonrió.

—Estaré ahí 13:59, nos vemos Juls. —Besó mi frente y desapareció por la ventana, bajando cuidadosamente por el gran árbol.

—Este chico me volverá loca... —susurré para mí misma y me acosté en la cama, para caer en un profundo sueño.

(...)

    Me desperté sonriente y me adentré en el baño para ducharme. Seguido, sequé y desenredé mi cabello.

    Salí del lavabo y busqué ropa en mi placard. Opté por unos shorts de jean, una blusa gris pegada al cuerpo y unos borcegos negros. Tomé mi mochila y mi móvil y bajé las escaleras.

—Buenos días —saludé, sentándome en la mesa para desayunar. Tomé un jugo de naranja y una tostada con mermelada. Luego, cepillé mis dientes y coloqué rímel sobre mis pestañas para después, caminar junto a mis hermanos al instituto.