lighthouse » l.h

5.

"She's falling, doesn't even know it yet".

—Lo siento —. Me levanté de la silla, dejando a Luke confundido y corrí  hasta mi hogar, con un nudo en mi garganta.

   Llegue a Speakers street con  lágrimas en mi rostro y escalé hasta mi ventana.

   Seguido, caí sobre mi  cama y tomé mi  celular.

Para: Mike

"Te necesito, urgente."

    Luego de unos minutos, pequeñas rocas impactaron contra mi ventana.

    Acto seguido, me levanté de la cama y abrí el ventanal. Michael trepó  rápidamente y enlazó sus brazos al rededor de mi cintura.

—¿Quieres contarme qué ocurrió?  —me preguntó, besando mi frente.

   Asentí levemente.

—Luke, él... casi me besa —, susurré y él tensó su mandíbula.

—¿Qué hay de malo en eso? —. Me cuestionó y negué con la cabeza.

—¿Recuerdas que después de Cameron prometí nunca volver  a enamorarme? —, asintió —. Quiero cumplir mis promesas, quiero  poder  estamblar  una relación  con  un  chico  sin  tener  que cagarla. ¿Me entiendes? 

—Lo entiendo pero, Julie, ya han pasad 3  años... Deberías darle una  oportunidad, una oportunidad a ti misma.

—No estoy lista aún... —me abrazó y coloqué mi mentón sobre su  hombro —. Gracias Mike, en serio.

—Sabes que podes contar conmigo siempre —. Volvió a abrazarme y  se  aproximó a la  ventana—. Es tarde, deberías descansar.

—Está bien, cuídate —. Besó  mi frente por segunda vez  y bajó  por la enredadera, para después, trepar la que daba a su ventana.

   Me despojé de mi ropa y  cuidadosamente, me coloqué  mi pijama. Me recosté sobre la cama nuevamente y traté de dormir.

¿Michael tenía razón? ¿Debería darme una oportunidad a mí  misma?

Cerré mis ojos frustrada y concilie el sueño.

6:00 AM

Mi alarma sonó y aplasté el pequeño reloj con mis manos.

Sin pensarlo dos veces, me levanté y  me adentré en el  baño. Decidí darme una corta  ducha para  relajarme y salí de esta.

    Coloqué una toalla al rededor de  mi cuerpo y me dirigí al exterior  del baño.

—Tenemos que hablar, Julie —. Summer se encontraba sentada en  mi, ahora ordenada, cama.

    La miré confundida y la rubia gesticuló para que me sentara junto a ella.

—¿Ocurre algo? —le pregunté y ella me abrazó —. Summer, me asustas.

—¿Recuerdas que mi habitación  está, literalmente, pegada a la tuya? —asentí —, escuché tu conversación con Michael ayer, también  sé que  estuviste  escapándote por la ventana  todas las noches al mismo  horario —, se pausó —. Tengo 14 años pero no soy estúpida.

—Lo sé y lo siento por no haberte contado antes —. Me  disculpé y ella me sonrió fugazmente.

—¿Me vas a contar? —. Asentí y le comenté desde el primer día  hasta ayer por la noche.