Continuación... Probando un poco

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Tener un nuevo bebé es una responsabilidad que quita tanto como da. Te arrebata tiempo, pero también te da mucha alegría. Micaela no se había sentido tan emocionada en mucho tiempo y eso que al inicio la noticia del embarazo no la había alegrado del todo, había sido sorpresivo y aterrador, pero ahora con todo el amor que sentía constantemente se le hacía difícil sentir algo más que felicidad.

Su madre se había dedicado a dar la imagen de cuidadora, al igual que Carmela, pero la persona que más la había apoyado, además de su esposo había sido Carol. Desde el día que llegó a su hogar se había dedicado a darle detalles que ma ayudaban constantemente con el embarazo, sobre todo en los último días y era por eso que le habían pedido a ella junto a Tony que fueran los padrinos del niño.

Sí, su bebé había terminado siendo un varón. Lo habían descubierto con alegría, muchas felicitaciones llegaron junto a muchos regalos que guardaron en la nueva habitación del bebé. Lo bueno era que ni Tony ni Carol tendrían que quedarse fuera de casa, ya que con las habitaciones adicionales había espacio suficiente. Cristina había querido llevar a su hermana unos días atrás, pero Carol se había negado y ella sospechaba que se debía a algo relacionado con Tony.

Ahora tendría su primera revisión médica luego de que pasara el primer mes después de su parto. Tayler, su hijo, iría con ella ya que también debían revisarlo, solo como un chequeo general. Kevin se había mostrado tan atento como siempre y ella no podía dejar de sentirse emocionada cada vez que lo veía. Era por él que quería hacerle unas cuantas preguntas pertinentes a su doctora.

-Espero que estén bien aquí- le dijo ella a Tony y Carol que la acompañaban a la puerta -intentaremos no llegar tan tarde.

-No te preocupes por nada aquí, estaremos bien- dijo Carol con una sonrisa -y cuando lleguen tendré lista la cena.

-Muchas gracias- ofreció ella -nos vemos tarde, entonces.

-Nos vemos- se despidió Tony.

Ella camino hasta la puerta antes de voltearse unos segundos para captar las miradas que esos dos se lanzaban cuando pensaban que no los estaba mirando. Micaela regresó al auto y se subió al asiento del copiloto, le sonrió a su esposo antes de voltearse hasta el asiento de bebé para ver a su hijo entretenerse unos segundos antes de que sus ojos se cerraran lentamente. El auto comenzó a pasar las calles en dirección al hospital.

-Sabes, creo que hay algo entre Tony y Carol- comentó ella con una sonrisa.

-¿Tu también lo piensas?- preguntó él con una sonrisa -he estado viéndolos desde que Carol llegó y Tony se veía interesado, pero desde que nos ausentamos esos días por el parto algo ha cambiado entre ellos.

-Solo espero que se estén cuidando- siguió ella -no queremos más anuncios o drama. Sé lo mucho que enloquecería mi familia si algo sucediera.

-Al menos nos tienen a nosotros- afirmó Kevin -pero creo que tendríamos que hablar con ellos, solo para estar seguros.

-Está bien- aceptó ella.

Los segundos transcurrieron y ella miraba a su esposo mientras este manejaba. Era extraño como un desconocido había pasado a ser la persona más cercana a ella, su confianza estaba puesta completamente en su relación y nunca había querido tanto a alguien como a él. Le encantaba el apoyo que le daba y siempre sentía que podían hacer cualquier cosa cuando estaban juntos, no había nadie con quien quisiera compartir su tiempo más que con él. Incluso con su hijo, mientras estuvieran juntos podían darle lo mejor, mucho más de lo que les habían dado sus propios padres.

-Te amo, ¿lo sabes verdad?- dijo ella de pronto.

Kevin se volteó unos segundos con los ojos sorprendidos antes de mirar la carretera una vez más. Una sonrisa brillante y emocionada se dibujó en los labios masculinos.

Pasajes lujuriososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora