Continuación... Algo nuevo

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Se reunirían por fin esa semana, y ellos no cabían en sí de emoción. Era bastante extraño que pudieran verlo en sus actitudes sin molestarse o sentirse raros considerando que no se consideraría algo común, pero eso no les importaba a ninguno de los dos. Con sonrisas de complicidad se ducharon, se vistieron y salieron juntos del departamento donde vivían. Se suponía que esa noche saldrían a cenar los tres juntos, por lo que se dirigieron al restaurante en el que se habían citado con Isis y se estacionaron allí. Se acercaron para pedir la mesa y se sentaron allí a esperar. Oliver y ella no dejaba de verse con sonrisas que se escapaban de sus labios mientras tomaban sui primera copa de vino.

Unos minutos más tarde Isis llegó, vestida con un conjunto sensual y de color rojo que los hizo abrir los ojos a ambos. Sus uñas y sus labios del mismo color los atraían sin ningún esfuerzo, el ambiente de todo el lugar subió tres grados en la temperatura o al menos para ellos fue así con solo verla. Isis se sentó en la silla que estaba libre y enseguida se acercó un mesero para atenderlos tomando sus órdenes. Así como para llevarle a Isis una copa del vino que ellos estaban tomando. La verdad era que ella era una mujer dulce, simpática e interesante y aunque Lidia había podido comprobarlo la vez anterior, ahora que estaban los tres juntos no lo dudaba por un segundo. Era extraña la forma tan simple en que todo corría, como si siempre hubiera sucedido de la misma forma.

Luego de la cena, la conversación cesó por unos precarios minutos en los que la tensión regresó a ellos como nunca antes, sus respiraciones se volvieron superficiales y de alguna forma sus cuerpos respondieron a la excitación. Se levantaron entonces sin la necesidad de explicaciones y luego de pagar, se dirigieron a sus autos. De forma tácita fue su departamento el destino de los tres, subieron hasta el piso en que se encontraba su departamento, entraron sin decir una sola palabra y allí no hizo falta. Los besos comenzaron en el momento en el que la puerta se cerró con un chasquido. Oliver besó sus labios como si nunca lo hubiera hecho, regalándole las mismas atenciones a ambas. Ellas se besaron entonces y no dejaron de hacerlo hasta que él las dirigió a la habitación.

Ellas sabían que al entrar en la habitación estaban bajo las órdenes de Oliver, así que ambas se miraron antes de observarlo a él con detenimiento. Sus ojos las evaluaban con deseo, sus manos cerradas en puños las hacían desear y los que estaban esperando vino luego.

-Desnúdala- ordenó Oliver a Isis.

Ella se apresuró a cumplir, sus manos hábiles recorrieron su cuerpo quitando cada prenda como si en cada movimiento fueran sus labios los que la acariciaran. Rápidamente ella quedó desnuda, la orden llegó luego para Lidia, esta vez siendo ella quien desnudara a Isis lentamente. Era algo que estaba deseando desde el momento en que la vio con aquel vestido rojo entrando en el restaurante. Ambas quedaron desnudas entonces, se voltearon para ver a Oliver que se las comía con los ojos. Él se alejó para buscar algo en la habitación y al regresar las miró de la misma forma.

-Las quiero a ambas sobre la cama sentadas sobre sus talones- ordenó Oliver viéndolas obedecer.

Se movieron en conjunto colocándose como él las quería, ambas estaban excitadas, se notaba por sus respiraciones. Se quedaron allí esperando la siguiente orden que no llegó. Vieron como Oliver se daba la vuelta para atarles las manos, ninguna de ellas podría usar sus manos libremente, ella escuchó como Isis estuvo al borde en esos momentos debido a que un gemido lastimero salió de sus labios. Inclinándolas hacia adelante ambas quedaron expuestas a Oliver que las miraba sin perder detalle. Él jugó con ambas, sus gemidos llenaron a habitación al instante, los sonidos húmedos complementaban el cuadro.

-Una sobre la otra, besándose y dándose placer- ordenó él.

Ninguna lo dudó, sus cuerpos quedaron uno sobre el otro, Isis con sus labios en su humedad, mientras ella disfrutaba de la vagina húmeda y deliciosa frente a sus ojos. Ambas se deleitaron con sus sabores y mientras sus lenguas jugaban con sus cuerpos los gemidos eran la orden del día, ninguna podía dejar de moverse. En alguno de esos momentos ellas se volteaban a ver a Oliver tocándose y disfrutando de verlas a ellas. El placer y las caricias fueron en aumento por lo que ya no cabía mucho más, sus lenguas se centraron en sus clítoris hinchados hasta que ella se corrió, su cuerpo tembló mientras gemía, su vagina palpitó con los espasmos que la llevaban al cielo, unos segundos después Isis se corría en su boca, su cuerpo temblando con los espasmos del orgasmo.

Fue en ese momento en que Oliver por fin se movió del lugar donde se encontraba para ponerlas una sobre la otra pero esta vez con sus rostros mirándose, jugó con sus cuerpos sensibles de nuevo hasta que ellas gimieron de nuevo y fue entonces que las embistió, por turnos las colmaba con su miembro en lo profundo de sus cuerpos, sus movimientos eran rudos y salvajes, haciendo que ambas disfrutaran cada segundo. En la posición en la que estaban sus clítoris se tocaban de una forma deliciosa al mismo tiempo que Oliver las embestía por lo que no pasó mucho tiempo cuando Isis comenzó a correrse, en seguida fue Lidia la que sucumbió y por último Oliver que temblando se corrió con fuerza, su semilla caliente en sus cuerpos.

Se separaron luego de recuperar la respiración para ser desatadas por Oliver, con una sonrisa de satisfacción ellos se quedaron acostados en la cama y el cansancio se los llevó a todos hasta quedarse dormidos. A la mañana siguiente se levantaron con sonrisas antes de disfrutar de sus cuerpos de nuevo, para luego desayunar juntos como si siempre lo hubieran hecho, era extraña la forma en la que las cosas se desarrollaban pero ninguno se había sentido tan emocionado, tan cómodo. Era maravilloso y estaban seguros de que las cosas ya no podrían ser igual sin Isis en sus vidas.

Hola desde aquí, lamento la espera pero ha sido complicado subir nuevos relatos por un millón de razones. Espero que este les guste y seguiré con nuevos temas ahora. Los quiero, los leo y bye!

Pasajes lujuriososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora