Continuación... Una visita familiar

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Andrea estaba emocionada esa mañana, se levantó temprano para asistir al instituto. No podía creerlo, solo había pasado un día desde que había comenzado su experimento con Ronni pero ya no lo podía olvidar, se sentía tan bien poder romper las reglas por una vez y ¡Qué manera de hacerlo, la verdad! No le importaba demasiado que Ronni fuera su primo, de hecho eso solo le agregaba mucha más emoción al asunto, era un secreto que ambos tendrían que guardar muy bien, nadie sospecharía de su tiempo juntos y era tan conveniente que ella comenzó a preguntarse si ese tipo de cosas sucederían todo el tiempo en otras familias, tal vez entre primos o hermanos que jamás imaginaste y probablemente nunca lo sabría.

Ella sabía que su primo estaba tan desesperado como ella por continuar las entretenidas actividades de la tarde anterior y por esa razón no podía dejar de sonreír mientras cruzaba los pasillos del instituto durante la mañana. Varios de sus compañeros e incluso profesores le llamaron la atención pero ella estaba demasiado lejos en sus pensamientos para concentrarse en nada que no fuera lo que haría esa tarde. Eso era lo que sucedía cuando una persona que vivía bajo un régimen estricto y sexualmente frustrada por fin probaba una gota de libertad, así que bajo esas condiciones nadie podría juzgarla, ni a ella ni a su primo que de hecho no paraba de enviarle mensajes preguntándole si esa tarde se vería en su casa o en la de ella.

Con una sonrisa pícara Andrea se encargó de ignorar todos los mensajes de Ronni intentando mantener un aura de misterio que estaba segura a su primo lo volvería loco y esperaba con ansias ese comportamiento porque tenía en mente una sorpresa preparada que estaba segura le encantaría. Al llegar a casa del instituto caminó rápido hacia la entrada de su casa para que Ronni no la viera y saliera corriendo tras ella, saludó a sus padres subiendo las escaleras sin escuchar lo que le gritaban desde el piso de abajo, pasó frente al antiguo cuarto de su hermano escuchando ruidos desde el interior, se sorprendió un poco pero en ese momento no tenía tiempo para investigar misterios que no fueran los de su cuerpo. Siguió hasta la entrada de su habitación que estaba al final del pasillo y al entrar allí cerró la perta con seguro.

Con una sonrisa calculadora se desnudó parcialmente dejándose prendas de su uniforme que consideraba la harían verse más sensual, tumbándose en la cama se quitó la ropa interior y con la cámara de su teléfono grabó un video corto de ella sonriendo y abriendo las piernas lentamente para mostrar su vagina cada vez más húmeda, se sentía tan sensual que sonreía mientras se lo enviaba a Ronni en el formato de video con tiempo, por lo que se eliminaría de la pantalla luego de verlo. Con una sonrisa y el corazón acelerado esperó a que su primo mirara el mensaje y luego escribió "ven aquí" tirando el celular en una esquina de la cama y recostándose para esperar.

Ni cinco minutos después se escuchó la voz de Ronni en el piso de abajo saludando a sus padres, casi de inmediato sus pasos apresurados subiendo las escaleras. Ella que había quitado momentáneamente el seguro de su puerta al escuchar su voz sonrió cuando su primo entró sin aliento, con las mejillas sonrojadas y mirándola como al mejor caramelo del mundo, él cerró la puerta con seguro a su espalda para luego voltearse a verla. Se acercó lentamente y ella ya podía notar lo excitado que estaba, no había forma en el mundo en que ella no lo notara porque se sentía exactamente igual, con sus pezones erectos y tan mojada que lo sentía en sus muslos.

-Por favor chúpame- casi suplicó Ronni con un gemido mientras abría sus pantalones para que ella viera lo duro que ya estaba -no sabes lo muy excitado que estuve todo el día pensando en tu boca, chúpame, trágame y mójame con tu lengua.

Aquella petición no necesitaba respuesta, con una sonrisa ella lo tiró en la cama y se dedicó a quitarle cada prenda de ropa que llevaba puesta, solo torturándolo un poco. Él la veía con esos ojos de cordero en cada movimiento por lo que muy pronto abrió sus piernas para arrodillarse frente a él y sin necesidad de esperar lo lamió desde la base hasta la punta del pene con deseo, usando su mano para sujetarlo siguió haciendo lo mismo hasta que cubrió con sus labios su glande y lamió haciendo círculos allí. Ronni se retorcía con lujuria en la cama mientras se veía entregado a su placer, sus gemidos se escapaban de sus labios sin que él fuera consciente y cuando la sujetó del pelo levantando sus caderas desesperado fue cuando ella lo chupó en serio, usando su boca lo llevaba a lo profundo de su garganta de arriba hacia abajo, una y otra vez siendo controlada por las manos de Ronni. Su primo solo podía gemir y cuando él palpitó en su boca ella supo que estaba a punto de correrse.

Pasajes lujuriososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora