CAPÍTULO DIECISIETE

644 116 14
                                    

CAPÍTULO DIECISIETE

Sanación,

Querida Fumiko,

Si terminaste con esta caja y carta en manos solo puede significar una cosa, lamento mucho que estés pasando por esto gracias a mí, lo último que habría deseado antes de morir era hacerte sufrir.

No quiero andar con rodeos, sabes que solía ser directo la mayor parte del tiempo y esta vez no será una excepción.
Al momento de escribir esta carta desconozco la manera en que moriré, pero vuelvo a disculparme, lo siento mucho, no quiero que llores por mí, y aunque me hace sentir especial de cierta manera pensar que soy el dueño de tus pensamientos ahora, no soy un bastardo egoísta y solo quiero tu felicidad.

No sé si estaremos juntos, pero si no logramos estarlo nunca y decidiste ser feliz al lado de alguien más, me alegro mucho por ti, espero que el hombre o mujer a tu lado te esté haciendo muy feliz y puedan estar juntos por muchos años y formes la familia que deseas. Mis últimos deseos para ti son tu felicidad, y que por favor nunca me olvides, incluso en la muerte siempre te llevaré en mi corazón, te amaré hasta el fin de mis días y si el más allá existe espero poder estar cuidándote ahora mismo desde algún sitio.

Por favor cuida de mi madre, debes saber lo mucho que amaba a su hijo y lo mal que debe sentirse, me aseguré de escribir una carta para ella también, aunque no planeaba morir joven, siempre supe que estar metido en pandillas y problemas me pasaría factura, fuese tarde o temprano.

Para terminar con esta carta, quiero despedirme y pedirte que no te aferres a esto, no sé el nivel de importancia que tenía yo en tu vida, pero sé que ahora mismo debes de estar llorando en tu habitación, abrazando esa fea almohada de oso y con un rollo de papel higiénico a tu lado el cual probablemente acabarás. Dile a tu padre que le agradezco por haberme permitido conocer a una maravillosa persona como tú, y que vaya pincel tuvo para crear una obra de arte digna de admirar como tú.
Te amo, Fumiko, no lo olvides nunca.

Me despido entonces.

- Itō Katsuo

Fumiko elevó la mirada del papel, mirando a la nada por unos segundos antes de mirar a su alrededor, reanudando su llanto al notar al oso de peluche que abrazaba fuertemente y el rollo de papel a su lado casi por acabar debido a sus imparables lágrimas.

Un par de toques en su puerta sonaron, dejando ver momentos después a su padre quien traía una taza de té. Sentándose a su lado, Hiroshi abrazó a su hija, soltando un largo suspiro. Estaba consciente del dolor que su pequeña vivía en ese momento, y su pecho dolía al ver a su hija de esa manera, destrozada, llorando por quien había sido su mejor amigo.

Sabía cuán importante el rubio era para ella.

— Cariño. — El mayor entregó la taza de té a su hija quien la tomó, sin beber. — Sé que duele y que lo extrañas, pero... Debes dejar de llorar así, me preocupas, y Mitsuya también está preocupado por ti. No ha dejado de venir todos los días a ver cómo estás... Ha pasado una semana, cielo.

Fumiko no respondió, su padre dejó un beso en su cabeza antes de levantarse y salir de su habitación, dejándole en su privacidad nuevamente. Fumiko miró la taza de té en sus manos por unos momentos antes de limpiar una última vez su rostro mojado por las lágrimas y comenzar a beber el té intentando tranquilizarse. Estaba haciendo todo lo contrario a lo que el rubio pedía en su carta, él sólo deseaba su felicidad y ella no podía hacer más que llorar y deprimirse en la habitación la cual no había abandonado desde hacía una semana atrás más que para ir al baño o comer. Se sentía en parte culpable por preocupar al oji-violeta, no era ninguna mentira lo que su padre había dicho segundos atrás, el chico había ido cada tarde después de las clases a ver a la ojiazul, pero esta siempre se encontraba durmiendo a esa hora, cansada por su incesante llanto.

Colocándose en pie, Katō tomó un par de prendas y caminó hacia el baño, dándose una ducha de agua fría. Incluso entonces continuó llorando por su pérdida, pero al salir del baño se hizo prometer dejar de hacerlo, o al menos no tanto como lo estuvo haciendo días atrás, debía de continuar viviendo, por Katsuo, por su mejor amigo.

Arregló su cabello y se vistió con prendas decentes antes de bajar a la sala de estar, ganando la sorpresa de su padre por ver a su hija finalmente abandonar su habitación para hacer algo diferente que ir al baño o comer. La pelinegra sonrió con debilidad, recordando cada momento con su mejor amigo hasta el día de su muerte.

Haría todo lo posible por ser feliz y mantener su memoria siempre.

La puerta sonando llamó su atención, Fumiko giró su rostro, caminando hasta la entrada para abrir.
El rostro sorprendido de Mitsuya fue lo primero que observó antes de sentir unos fuertes brazos rodeando su debilitado cuerpo.

— Estaba tan preocupado. — Susurró Takashi, aferrándose a ella. — Fumi... Lo siento.

— Takashi. — El mayor le miró, la ojiazul acarició su mejilla. — Entra.

El más alto no dudó en hacer caso, adentrándose a la casa y saludando al padre de la menor mientras se dirigían hacia la habitación de la pelinegra.
Mitsuya podía sentir el ambiente depresivo desvanecerse lentamente, y no dudó en acostarse al lado de su chica, abrazándola y brindándole su apoyo en todo momento.

Katō suspiró.

— Él me pidió que continuara viviendo... Eso haré.

— Te apoyaré en lo que sea. — Takashi depositó un beso en los labios contrarios. — Estoy contigo.

Katō se aferró a su cuerpo, uniéndose en un nuevo beso disfrutando de la compañía del otro. Al alejarse, Takashi miró a la menor por unos segundos antes de hablar.

— Encontraron a Tamura... Ya están trabajando en su arresto.

— Me alegro de eso. — El mayor notó los ojos de la pelinegra llenos de tristeza, pero una pizca en ellos, aunque fuera mínima, estaban llenos de determinación y amor. — Takashi.

— ¿Uhm?

— Te amo.

La sangre del mayor se heló por unos segundos, sintiendo su rostro comenzar a tomar color. Una risilla escapó de sus labios.

— También te amo, Fumiko.

______________________________

🧵 Un voto y un comentario se agradece.

𝑳'𝒂𝒔𝒔𝒊𝒔𝒕𝒂𝒏𝒕 [𝑴𝒊𝒕𝒔𝒖𝒚𝒂 𝑻𝒂𝒌𝒂𝒔𝒉𝒊 𝒙 𝑶𝒄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora