—¿Por qué? ¿Por qué eres así? ¿Por qué inviertes tanto en alguien como yo?
—Porque eres mi mejor amigo, porque eres un ser excepcional, un buen hombre, con un corazón que vale oro. Hay muchas razones más, pero las conservaré para mí. Por ahora, permíteme ayudarte. Para mí jamás será una molestia, porque me gusta hacerlo. Más que para cuidarte, es un pretexto para pasar más tiempo contigo— me aparté, con el corazón bombeando a mil y desvié la mirada—. Si quieres ve a la cama, tan pronto termine te lo llevaré.
—Me siento un poco mejor. Te haré compañía. Si necesitas ayuda, no dudes en decirme.
—Siéntate, mantente tranquilo, ¿sí? — sonreí, regresando a la estufa.
Estuvo sentado en la barra, mirando hacia lo que estaba haciendo y me tenía muy nerviosa. Sentía que tropezaba con mis propios pies. Ahora entiendo lo que él sintió ese primer día que estuvo en mi lugar.
Tan pronto terminé, le serví la sopa y se la llevé a barra, acompañada de un vaso de jugo de naranja que compré.
—¿No vas a comer conmigo?
—Luego lo hago, por lo pronto come tu. Debes alimentarte. Los antibióticos son muy fuertes y tienes que tener el estómago lleno.
Levantó la máscara, y solo para no hacerlo sentir incómodo, decidí regresar al área de la cocina. Me sumé a comer sopa también, pero me mantuve de espalda para darle su espacio.
—Eres como un ángel caído del cielo— murmuró, pero logré oírlo—. Estuvo muy delicioso. Gracias.
Intenté disimular ese calor que se esparció por mi rostro.
—Me alegra que te haya gustado tanto. Según termine aquí, iré a buscar una muda de ropa en mi casa.
—¿Tu mamá no se molestará?
Si supiera que ni siquiera sabe que me he estado viendo con él. Será mejor que sea así, al menos por ahora.
—No, no lo creo.
—¿Estás segura de quedarte aquí? No tengo un segundo colchón y el sofá es incómodo. Te has sacrificado ya lo suficiente.
—Puedo quedarme en cualquier parte. Eso es lo de menos. Sube a la habitación y descansa un rato, ¿sí?
Él quiso ofrecerse para lavar los platos, pero me negué. Solo quiero que descanse. Cuando terminé, salí a mi casa y recogí en una mochila una muda de ropa con todos los artículos necesarios. No voy a mentir, estoy un poco nerviosa por esa decisión que tomé, pero a la misma vez, sé que no podré estar tranquila estando lejos y dejándolo solo.
Me bañé en mi casa antes de regresar. No le avisé a mi madre en persona porque a esta hora está trabajando, pero le envié un mensaje de voz diciéndole que me quedaré en la casa de una amiga.
Mientras abría la puerta, me topé con Bayron de frente y quedé inmóvil al verlo sin la máscara. Para mí fue algo inesperado, por eso las palabras se quedaron atoradas en mi garganta. La quemadura era casi en la mitad de su rostro y se veía bastante rojo, pero no era desagradable en lo absoluto, al menos no ante mis ojos. Jamás había coincidido con sus ojos cafés, pero eran los más lindos que alguna vez haya visto. Sus ojos, nariz perfilada y labios carnosos lucían intactos. Lo que no entiendo es cómo se ha sentido tan acomplejado todo este tiempo, si es un hombre muy atractivo y encantador. ¿Será que estaba esperando espantarme? Ahora me siento mal conmigo misma, porque dentro de mí el efecto de su repentina acción provocó todo lo contrario; siento más ganas de quedarme.
—Eres muy bello — logré pronunciar.
ESTÁS LEYENDO
Prometo Amarte [✓] [EN FÍSICO]
RomanceDice una antigua leyenda que el amor de tu vida está atado a ti por medio de un hilo rojo invisible amarrado de tu dedo meñique. Ese hilo se puede doblar, estirar y hasta torcerse, pero bajo ninguna circunstancia se romperá; todos tenemos a ese algu...