—Esto no te lo perdonaré nunca, mamá.
—¿A dónde crees que vas? Si te atreves a cruzar esa puerta, no te atrevas a regresar.
—¿Las cosas serán así? Muy bien, pues entonces asumiré las consecuencias.
—¡Abril!
En ese momento actué bajo el mismo coraje. Con solo imaginar que en este momento Byron debía sentirse fatal por las cosas tan horribles que le dijo, me hacía sentir doblemente mal. Recogí mis cosas en una maleta a las carreras, y mi madre me siguió a la habitación.
—¿Qué crees que estás haciendo? ¿Piensas irte a vivir con él? ¿Y tus estudios, tus sueños y metas qué?
—¿No fuiste tú quien acaba de echarme? Esta fue la única opción que me diste, por lo que tomaré tu palabra. No estaré en un lugar donde no me quieren.
—¿Qué te hizo ese hombre para que seas capaz de hacerle esto a tu madre?
—No le eches la culpa a los demás de lo que has provocado tú misma. Te desconozco, mamá. Tú jamás has sido una persona tan cruel. ¿Tienes una idea de lo difícil que ha debido ser para él escuchar esas palabras de ti? No sabes todo lo que tiene que soportar casi a diario. Por personas como tú, es que Byron ha vivido encerrado en él mismo. Me duele que tu te hayas sumado a ese tipo de gente tan despiadada.
—Vamos a calmarnos, hija. Piensa bien las cosas. Yo no quiero que te vayas. Lo que dije fue porque me duele enterarme que te has estado viendo con ese hombre a mis espaldas. Entiéndeme, quiero evitar que sufras en un futuro. Conozco lo mala y despiadada que son las personas, y llega un momento en que eso afecta, aunque ahora no lo veas.
—Eso no te da derecho a lastimarlo. Esto solo te lo pediré una sola vez, mamá. No quiero que te inmiscuyas en mi vida, en mi felicidad, en mi relación y en mis decisiones. Estoy enamorada de Byron y, aunque no estés de acuerdo, no pienso renunciar a él por nada de este mundo — dejé mi maleta sobre la cama, y salí corriendo del cuarto.
Mi vista se nubló debido a las lágrimas que brotaban de mis ojos. Estaba inquieta por saber de Byron, no lo llamé porque mi teléfono se me había quedado, además de que estaba manejando muy rápido con tal de llegar a su casa. En otras circunstancias hubiese esperado a que me abriera la puerta, pero la incertidumbre no me lo permitió. La puerta estaba sin seguro, por lo que me tomé el atrevimiento de entrar sin aviso. La casa estaba oscura, por lo regular tiene la luz de la cocina encendida. Pensé lo peor.
Mi destino fue su habitación, y tras verlo de pie frente al armario con una camisa en las manos con intenciones de ponérsela, lo abracé tan fuerte que casi lo hago caer. Su espalda desnuda y caliente me reconfortó.
—¿Estás bien, bonita? ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás llorando? — se dio la vuelta, engulléndome entre sus fuertes brazos.
—Perdóname por entrar así, pero no pude evitarlo. Supe que mi mamá habló contigo.
—Debí imaginar que se trataba de eso. ¿Y qué piensas sobre lo que te dijo?
—No pienso renunciar a ti por nada del mundo.
—Suena muy parecido a lo que le dije. ¿Nos pusimos de acuerdo o algo?
Lo miré al escuchar lo que dijo, y en sus labios se formó una sonrisa. Esperaba encontrarlo triste, deprimido, o herido, pero esta vez no parecía ser ese el caso.
—¿Eso le dijiste?
—Sí. No pienso renunciar a esa hermosa y fabulosa mujer que me salvó.
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Prometo Amarte [✓] [EN FÍSICO]
RomanceDice una antigua leyenda que el amor de tu vida está atado a ti por medio de un hilo rojo invisible amarrado de tu dedo meñique. Ese hilo se puede doblar, estirar y hasta torcerse, pero bajo ninguna circunstancia se romperá; todos tenemos a ese algu...