Te necesito

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Mi mamá se apareció en la sala, en su expresión era más que notoria la vergüenza e incomodidad luego de lo ocurrido con mi tía.

—Lamento mucho la actitud de mi hermana. Tan reciente como esta mañana había tenido una diferencia con mi hija y parece ser que eso la motivó a comportarse así. 

—No se preocupe, no tiene que disculparse, Sra. Elizabeth. Gracias por permitirme venir. Dentro de todo, estoy tranquilo de saber que hemos podido arreglar ese malentendido que había, y sobre todo, me siento muy agradecido de que haya permitido mi relación con su hija. 

—¿Ya te vas? 

—Sí, nos iremos. Vendré más tarde, mamá. 

—Tengan mucho cuidado. 

—Lo tendremos. 

En la entrada me topé todavía con mi tía, estaba intentando recoger todo, pero las cosas se le caían, por lo que me limité a solo ignorarla como excremento. Siento que me liberé de un enorme peso. 

Llegamos a su casa y, aunque por el camino tuve suficiente tiempo para relajarme, los recuerdos de la otra noche me invadieron en cadena. Por alguna razón, esas mariposas en mi estómago comenzaron a regarse. 

—¿Quieres tomar algo? Te ves muy inquieta.

—Sí, pero no estoy inquieta, todo lo contrario, estoy tranquila y feliz. 

Lo observé mientras abría ambas latas de jugo de acerola y las vertió en dos vasos de cristal. 

—Aún me cuesta creer que tú mamá haya aceptado nuestra relación. 

—A mí también, pero me emociona que ya no tenemos que vernos a escondidas de ella. Ha sido un día increíble, a pesar de ese desagradable espectáculo de la payasa de mi tía. 

—Parecías una leona. He perdido la cuenta de cuántas veces has salido en mi defensa. Siento que en vez de ser tu novio, me he vuelto tu hijo. 

—Ya sabes lo que pienso de la gente como ella. Será mi tía, pero no tiene ningún derecho de insultarte o menospreciarte, mucho menos delante de mí, pero no hablemos de cosas desagradables, hablemos de nosotros.

—Hablando de nosotros; hay algo que quería preguntarte, aunque aún no sé cómo formularlo.

—Dilo como salga.  

—¿Te gustaría en un futuro, tal vez cercano, vivir conmigo? No te lo propongo ahora porque llevamos poco tiempo saliendo, aparte de eso, estás estudiando y tienes a tu mamá en casa que necesita de ti.

—¡Me encantaría!

—¿Así sin más?  

—¿Y hay algo que pensar? 

—Pues pensé que darías algún pero. 

—No sabes lo difícil que es estar días sin verte. Sé que ambos tenemos nuestras responsabilidades y obligaciones, pero pienso que esa sería la mejor forma de combatirlo todo. 

—Me ocurre lo mismo— sus brazos rodearon mi cuerpo, en un cálido y agradable abrazo—. Es difícil verte marcharte, cuando quisiera pedirte que te quedes. Cada segundo lejos de ti es una tortura. Quisiera que estés entre mis brazos todo el tiempo, que lo primero y último que vea antes de dormir y levantarme seas tu. Esto es más fuerte que yo. 

—Entonces vivamos juntos — lo miré fijamente, perdiéndome en esos bellos ojos cafés que se han vuelto mi debilidad —. Te necesito, Bayron. 

Prometo Amarte [✓] [EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora