Decisiones.

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Izan.

Ya había pasado una semana desde que Tamara estaba aquí, los médicos decían que ella no aguantaría viva durante mucho mas tiempo. Salí del hospital y me dirigí a su casa, entré en su habitación y me tiré sobre su cama, recordé todas las veces que estuvimos juntos en aquí. Miré en su escritorio y vi tres papeles. Uno era la carta que tuve que escribirle, otro era    el mensaje que le había dejado dentro de la carta, y otro era el papel que yo había dejado en el sofá para que ella supiera que todo era una mentira. A lado había un álbum que yo nunca antes había visto. Lo abrí y observé la primera página, decía "Por esos momentos a tu lado, bebé". Había una foto en la que apreciamos ella y yo riendo en su cocina, no recordaba esa foto. En la siguiente página era una foto en la que salía yo dormido. En las siguientes páginas había muchas mas fotos de nosotros dos juntos, o de fotos con nuestras familias. Pero en la ultima pagina había escrito algo, ponía "Espero que vuelvas pronto, bebé, no puedo odiarte. Te amo♥".

Volví a ver su álbum entero, mejor dicho, nuestro álbum. Comencé a llorar, le extrañaba tanto, le amaba tanto, ella era lo mas importante en mi vida. Estoy seguro que ella se pondría bien, fui al hospital de nuevo a verla y me dieron la mejor noticia que alguien podría darme, ella había despertado. Pero aun no podía recibir visita, solo una y siempre tenia que ser la misma persona, se podría quedar todo el día entero, yo deseaba verla, pero sabía que Montse tenia que verla antes que yo. Estuve ahí todo el dia, esperando que me dejeran que podría entra a verla, aunque sea tan solo cinco minutos, pero nada, no me dejaron. Fui a mi casa a dormir, ya más tranquilo por saber que ella estaba bien.

*

A la mañana siguiente desperté y me duché rápidamente para ir a ver a Tamara. Cuando llegué al hospital estaba la madre de Tamara sentada fuera.

—Hola Izan, hoy entrarás tú, pero tiene que ser cuando nos avisen los médicos, ahora le están haciendo pruebas. Ayer me dijo que cuando saliera de aquí nos reuniría a todo y hablaríamos sobre algo, aun no me dijo sobre qué, pero parecía triste.

—Intentaré que me lo diga a mi, pero no creo que consiga nada, ya sabes lo testaruda que es.

—Eso lo sacó de su padre, cuando el tenia una idea o pensaba algo, siempre lo defendía hasta el final, aunque todo el mundo estuviera en su contra, él estaba seguro de que todo estaba bien y seguía luchando por conseguir su objetivo.

—Me habría gustado haberle conocido mejor, fue poco tiempo el que nos conocimos.

—Seguro que os habríais llevado bien, si no fuera por su accidente de coche. Malditos autos, siempre tienen que fallar, en los mejores momentos.

—Sobre eso, tu accidente y el suyo, no fueron tan accidentales, ¿Te suena de algo el nombre de Raúl?

—No,— pensó por un momento— bueno, ahora que recuerdo, si. Cuando era mas joven, conocí a un chico en la empresa donde yo trabajaba, éramos algo como mejores amigos, confiaba mucho en él, después conocí al papá de Tamara y salia con él en secreto, solo fueron las primeras semanas, hasta que decidimos tener una relación seria, después el dueño de la empresa se iba a jubilar y nos dijo que dejaría a alguno de sus trabajadores al cargo de ella, Raúl estaba seguro de que seria él, pero eligió al papá de Tamara y Raúl desapareció sin decir nada.

—Pues ahora a desaparecido aun mas, tuve que matarle para que tu hija pudiera continuar con vida. Él provocó vuestros accidentes, y él fue quien nos secuestró. Pero ahora, está muerto, cuando disparó a Tamara, yo le quité el arma y le disparé a él.

—Izan, gracias por salvar a mi hija— ella me abrazó fuertemente.

—Te dije que la cuidaría.

¡Juguemos! {EDITANDO} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora