Noche solos

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—¿Que es eso tan importante que tienes que contarme?—pregunté.

—Tami, cuando pensaste que me habías asfixiado, no lo habías hecho.
Al principio fue una broma, y también me hacían gracia tus intentos de doctora porque no tenías ni idea. Pero cuando juntaste tus labios con los míos, pensé que debía decirte la verdad, pero también supuse que te enfadarías conmigo por no haberte avisado antes.

—Iz, no pasa nada tonto— me reí— todo está bien, sólo me asustaste.

—Lo siento Tam.

—Ya te dije que no pasa nada Iz, no le des mas vueltas al asunto.

—Vale. ¿Qué hacemos?

—Mm.. No sé - Pensé - oh mierda, lo había olvidado, mañana tenemos clase y como vamos al mismo instituto podremos ir juntos.

—Mañana no hay clases tonta, ¿recuerdas que están en obras y es imposible dar las clases?

—Sí lo sabía, sólo comprobaba que estabas atento a las cosas y que tu memoria no fallaba- dije para parecer menos despistada.

—Claro, eso tiene mucho sentido- dijo irónicamente. Los dos reímos.

—Oye, ¿Te apetece hacer algo? Yo había pensado en montar una ''mini fiesta'' - dije haciendo comillas con los dedos.

—¿Música y alcohol? ¿Como en los viejos tiempos?

—Claro, en seguida traigo las cosas.

Fuí a la cocina mientras él conectaba su celular al altavoz, pusimos la musica y comenzamos a beber.

—¿Cuántos chupitos de tequila serías capaz de beber?

—Estoy segura que puedo más que tú, estoy muy acostumbrada.

—¿Apostamos? Para hacerlo más interesante.

—Está bien.

—Si gano yo, me das 30 y si ganas tu.

—Si gano yo, me debes una.

—De acuerdo.

Cuando comenzamos con los chupitos, pensaba que me sería fácil ganar, pero cuando ya llevabamos 10 comencé a dudar de eso. De todas formas nos veía muy igualados.
Pero finalmente, ganó él.

—Vale, has ganado.

—¿Qué te ha pasado? ¿No quieres más? Vaya... - dijo con sorna.

—Me has ganado en mi especialidad, ¿Quieres que te de los 30 o no? Ya deja de chincharme.

—Por supuesto, todo esfuerzo tiene su recompensa y toda victoria tiene su premio. Así que sí bonita, quiero mis 30.

Ahí fue cuando no esperé más e hice algo que llevaba todo el día esperando. Le besé, y realmente me estaba gustando ese beso, más de lo que pensaba que me iba a gustar.

—¿Y eso?— preguntó con una sonrisa todavía sobre mis labios.

—Me dijiste 30 solamente, y yo decidí que fuesen besos. ¿Te parece bien que te de los otros 29?

—Pues no, no me parece bien - eso me dolió, me sentí ridícula. - me parecería genial. - Lo arregló.

Comenzamos a besarnos de nuevo hasta que el beso se fue intensificando, tanto que al separarnos teníamos las respiraciones agitadas.
Pero yo no quería parar, yo quería continuar, terminar con esto de una vez y no tenía dudas sobre que quería que fuese él. Mi primer amor.

—¿Estás segura de ésto?

—Sí, no te preocupes.

—Tam, has bebido mucho, no quiero que después te arrepientas.

¡Juguemos! {EDITANDO} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora