Solo había una razón por la que Jo Kyu-bin quería huir de su lujosa casa.
"Joder, ya soy un adulto, así que ¿por qué quieren detenerme?"
*
Jo Kyu-bin, 25 años. Cuando estaba en la escuela secundaria, no tenía ningún interés por estudiar, así que no se esforzaba en sacar buenas calificaciones. Cuando llegó su turno de ir a la universidad, naturalmente, decidió no asistir.
Siguiendo a sus amigos cercanos, trabajaba como MD* de un club por la noche, y durante el día, vivía una vida despreocupada y llena de libertinaje. Después de haber finalizado su servicio militar, empezó a trabajar a tiempo parcial en los negocios que sus amigos abrían, tales como restaurantes, cocktails e izakayas.
Sus padres a menudo se miraban a los ojos y movían la lengua, diciendo:
"Mi hijo no puede actuar como un ser humano normal".
Dado que había muchas reuniones familiares, era imposible para ellos hablar sobre los planes futuros de Jo Kyu-bin en un lugar donde había tanta gente reunida. Cuando salía la pregunta "¿Qué está haciendo Kyu-bin estos días?" la temperatura en el ambiente descendía unos 5 grados.
¿Qué se supone que deberías hacer si tu familia es considerada una supuesta "cuchara de oro"?
Simplemente no encajaba con ningún rincón de la casa. No tenía interés en mantener su relación con ellos. Incluso si la gente que lo rodeaba le decía "¡Anímate!", nada mejoraba.
Solo porque no desperdiciaba dinero en negocios familiares o política, era tratado como alguien que tenía una enfermedad mental. Aquí, desear un mejor trato era como esperar un hechizo que le ayudará a renacer. Evidentemente, eso era algo imposible de conseguir, al igual que era imposible cambiar la forma de pensar de Kyubin de que a partir de ahora, viviría solo y sin molestar a los demás.
Entonces, Kyubin le dijo a sus amigos que se iría de casa y encontraría un lugar para vivir por sí mismo, pensando que de esta manera estaba logrando su independencia.
Había empacado todo, y mientras se dirigía a la salida, fue su hermano menor por tres años quien lo agarró del brazo para detenerlo.
Su nombre era Jo Eun-bin. Actualmente estudiante del Departamento de Biotecnología de la Universidad Nacional de Seúl. Gracias al talento extraordinario con el que nació, había ganado innumerables premios en concursos de ciencias y matemáticas. Tenía un cerebro tan brillante que le resultaba increíble creer que compartían la misma sangre. A cualquier lugar que fuera, siempre resultaba ser el centro de atención.
Kyu-bin creció mirando a Eun-bin desde una edad temprana, por lo que no lograba entender qué parte de él le resultaba tan atractiva a las chicas para que se volvieran locas con solo ver su cara. Para Kyu-bin, existían otras personas muchísimo más lindas que su hermano menor. Una cosa de la que sí estaba un poco celoso, era de que Eunbin había alcanzado la estatura de 180 cm.
Dios no había sido justo. Si le otorgó un cerebro increíble, entonces, debería haberle dado una apariencia por debajo del promedio. Con el apoyo total de sus padres, Eunbin incluso pasó por entrevistas para realizar una maestría y un doctorado en una universidad estadounidense, algo que consideraba totalmente innecesario.
Era lo suficientemente alto y guapo para atraer a las chicas, y tenía una personalidad amable, lleno de modales y cortesía cuando trataba con adultos. En pocas palabras, había nacido con la clave del éxito. En cambio, él no tuvo tanta suerte. Kyubin nunca pudo mantener una buena relación con Eun-bin. Sus formas de vida eran completamente opuestas, así que ni siquiera se tomó el tiempo para tratar de conocerlo. Y, sin embargo, cuando el hermano mayor dijo que iba a irse de la casa, el menor entró por primera vez a su habitación, se sentó y dijo con una voz llena de seriedad:
ESTÁS LEYENDO
Hermanos del deseo
RomanceLos hermanos Jo Kyu-bin y Jo Eun-bin, que nacieron y se criaron en una familia que otros envidiarían, no mantenían una relación cercana, llegando al punto de no dirigirse la palabra a menos que sea necesario durante más de diez años. Pero, un día...