6.2 La manifestación del deseo.

6.3K 499 28
                                    

Demasiado cómodo. Nunca antes había tenido un momento tan tranquilo y relajado.

La vida diaria de Kyubin, que en el pasado se basaba en salir diario, conocer gente nueva mientras bebía y fumaba, y pasar la noche con una mujer que acababa de conocer, cambió por completo.

Ahora le resultaba agradable estar en casa. Incluso si sus padres lo regañaban, no estaba tan molesto como antes, y cuando llegara el momento de que Eunbin volviera a casa, la necesidad de salir desaparecería por completo. Una casa que siempre se sintió como un cojín de espinas para él, se había convertido en la más cómoda del mundo.

Choi Hyung-min, mirando la nueva vida de Kyu-bin, se rió entre dientes y dijo: “El lobo se ha convertido en una mansa oveja”. A pesar de que la broma fue un poco molesta, el corazón de Kyubin estaba tan tranquilo y calmado como un océano sin olas. Sentía que la energía que había consumido a lo largo de su vida cuando salía a divertirse se recuperaba mientras descansaba en casa, así que pensó que podría vivir para siempre de esta manera.

Lo que más disfrutaba estando solo en casa era entrar a su habitación y pasar un buen rato en ella.
Eunbin se había ido a los Estados Unidos con su madre para buscar bienes raíces, su padre tuvo que salir a un viaje de negocios e incluso la mujer de los quehaceres obtuvo unas vacaciones, por lo que la espaciosa casa solo estaba ocupada por él.

Kyubin se dirigió a la habitación de Eunbin, no al terraplén. La habitación de Eunbin estaba llena de libros, tal como una biblioteca. Desde libros gruesos que no podía leer porque estaban en inglés hasta libros de economía, política y humanidades en coreano. Kyubin, que había sacado unos cuantos, y les echó un vistazo, rápidamente perdió el interés.

Se acostó en una cama ordenada. Cuando enterró su cabeza en la almohada y respiró profundamente, pudo oler el mismo suavizante de telas que tenía en su ropa. Incluso con un asunto tan trivial se podía reconocer que eran hermanos viviendo juntos. Si fuera un amante real, sus cinco sentidos se habrían tensado ante el olor desconocido, un olor diferente al de su propia casa, pero el familiar olor que había estado inhalando durante más de 20 años le dio más consuelo que tensión, y ese consuelo bajó el umbral de la existencia de Eunbin.

Profundizando un poco más. Más profundo con audacia en lugar de precaución.

Kyubin abrió la puerta que siempre había estado bien cerrada. Se acostó en la cama con la ventana abierta. Con una mano ligera, abrió la tapa de la caja que había traído de su habitación. La caja estaba llena de juguetes para adultos. Kyubin, que estaba tocando varios juguetes de diferentes formas y tamaños, se quitó los pantalones y la ropa interior, y los arrojó al suelo.

"Tengo que probar uno grande hoy"

Acostado en la cama, sacó un pene falso color azul cielo pálido. Era su cosa favorita. Era similar en tamaño y forma al de Eunbin, por lo que funcionaba bien como sustituto. La mayor ventaja de este dispositivo era que incluía una función de calentamiento. Podía alcanzar un calor superior a la temperatura corporal, lo que más que un juguete de silicona, lo hacía parecer un genital masculino real. Además, tenía más de 10 tipos de vibraciones.

“Ummm…”

Aplicó mucho gel a su dispositivo favorito y lo empujó dentro de su cuerpo. El aparato calentado abrió su entrada, que ahora estaba más acostumbrada a tragar que a escupir. El consolador, que penetró lentamente con una vibración suave y pequeña, cambió a un suave movimiento de masaje solo después de que se instaló en lo más profundo del cuerpo de Kyubin.

“Ah, ah, bien".

Todos los días, de esta manera, Kyubin consolaba a su cuerpo domesticado por Eunbin. El comprar y probar juguetes sexuales con buenas recomendaciones en internet se había vuelto su rutina diaria. Al principio sintió rechazo, luego siguió la emoción y diversión única de probar algo nuevo. Su interés por estos objetos duraba mucho, pero la satisfacción se desvanecía rápidamente. Ahora, su cuerpo, que no podía ser calmado solo con el aparato, estaba muy excitado.

Hermanos del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora