Durante el desayuno, su madre los miró alternativamente. A diferencia de Kyubin, que tenía los ojos vacíos, Eunbin estaba tan feliz que no fue capaz de contener la risa que escapó de sus labios cuándo le preguntó el motivo de su alegría. Debajo de la mesa, Eunbin sostuvo la mano de Kyu-bin con fuerza y empezó a juguetear con ella, mientras que con la otra apartaba los mechones de cabello que caían ligeramente sobre su frente y los regresaba a su lugar.
Era un acercamiento muy íntimo que normalmente nunca se veía. Su madre pensaba que era Eunbin quien estaba pasando por un momento difícil, sin embargo, fue sorprendente que su hijo mayor, que solo sabía preocuparse por sí mismo, también pareciera angustiado. A juzgar por el ambiente, parecía que sentía un gran sentido de responsabilidad por lo sucedido. La mujer, que se encontraba orgullosa por la interacción entre sus dos hijos, habló con un rostro brillante.
“Ayer fui a la habitación de Eunbin, pero él no estaba allí. Kyubin, ¿Ustedes dos durmieron juntos en tu habitación?”
Kyu-bin no supo qué responder ante la repentina pregunta, pero Eun-bin, que estaba sentado muy cerca de él, respondió alegremente.
“Sí, y hoy, de nuevo quiero dormir en la habitación de hyung”.
“Parece agradarte mucho tu hermano”.
“¡Sí! Hyung es el mejor”.
Su madre se sentía muy complacida con el comportamiento de Kyu-bin, que solo escuchaba en silencio. Ella creía que de esa manera sería más fácil para Eunbin el recuperar su memoria.
“Kyu-bin, ¿Está todo bien?”
Kyubin respondió con un suspiro mientras levantaba su cuchara.
“Sí, todo bien”
“Entonces, sal con Eun-bin hoy, llévalo a algún lugar”.
El movimiento que hacía la cuchara sobre la sopa de miso se detuvo mientras Kyu-bin observaba a su madre con ojos interrogativos. Sin embargo, ella siguió hablando de forma muy natural.
“Debe haber algún lugar al que solían ir cuando eran cercanos. Ya sea la escuela primaria, la academia o el parque. El ir de aquí para allá debería ayudarlo a revivir sus recuerdos”.
¿Cómo podría poner resistencia ante la coerción silenciosa que ejercía su madre sobre él? Kyubin respondió sin más, mientras volvía a revolver la sopa de miso.
“De acuerdo.”
“Te daré una tarjeta, así que vayan al centro comercial y compren lo que quieran”.
“Ajá”.
A pesar de la respuesta insensible, su madre no lo culpó en absoluto. Cuando vió a Kyu-bin y Eun-bin llevarse bien, la conmovió la idea de que los hermanos que se habían tratado como extraños durante la última década, finalmente habían vuelto a su forma original.
Kyu-bin, que entró en su recámara después del desayuno, se sentía exhausto.
“¿Por qué su madre tenía que entrometerse?”
Tan pronto como entró a la habitación, Eunbin lo besó, y Kyubin lo empujó rápidamente para evitar que se produzca algún sonido. Gruñó.
“Para. Prometiste no hacer esto “.
“Pero…besarte se siente muy bien“.
“No sabes lo que es un beso … “
“Sí sé. Lo hicimos por la mañana en la ducha”.
“Bueno, la atmósfera era diferente. Ahora no estoy de humor”.
Su hermano menor había dicho que no pudo dormir en toda la noche por lo que había aprendido.
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Hermanos del deseo
RomanceLos hermanos Jo Kyu-bin y Jo Eun-bin, que nacieron y se criaron en una familia que otros envidiarían, no mantenían una relación cercana, llegando al punto de no dirigirse la palabra a menos que sea necesario durante más de diez años. Pero, un día...