Viernes, 8 de Octubre de 1976

2K 163 7
                                        


Hoy es mi tercer día de castigo, el archivero está lleno de polvo, pero no tanto como antes, aprovecho mi nuevo conocimiento en el hechizo de aspiradora y lo ocupo para al menos ser capaz de respirar un poco.

Ya he idealizado un plan y todo es eficiente, hasta cierto punto me distrae.

April averiguó que a Otto lo han puesto a lavar los baños de Gryffindor y Ravenclaw hasta que brillen, y su padre está muy molesto al enterarse por la carta del profesor Flitwick que su hijo es un completo idiota.

Lo único que retrasa mi trabajo es mi muñeca, al parecer sufrí un pequeño esguince y he estado tan ocupada con mis tareas y el castigo que no he podido ir con Madame Pomfrey a que lo cure.

Pandora se siente culpable de verme llegar a la torre llena de polvo que se ha asegurado que su sapo no se suba a mi cama y se asegura de visitar a Delfos todos los días que he pasado encerrada en este horrible lugar, también siempre me ayuda con mis tareas de las clases que tenemos en común y eso me ayuda bastante.

Estoy tan inmersa en mi castigo que no escucho el carraspeo de garganta de una persona detrás de mí, hasta que lo vuelve a hacer de nuevo.

—Hola señorita York. —Es la profesora McGonagall.

—Buenas tardes profesora.

—Le traigo algo de ayuda. —En ese momento alguien que no esperaba ver sale detrás de ella.

Es Sirius.

—Él hará lo que usted le diga, de nuevo, nada de magia, así que señor Black, su varita, puede pasar por ella antes de la cena. —Sirius se la da y la profesora sale de ahí. Estoy muy sorprendida de encontrarlo.

—Hola. —Me saluda, está es la segunda vez en muchos años que me encuentro a solas con él, la primera vez es aquella vez que me defendió de Otto.

—Hola. Soy Cas.

—Sé quien eres. —Se ríe y yo quiero suspirar como tonta. Claro que lo sabe, soy la "pequeña novia de Remus de Ravenclaw".

—Claro. —Me río y quiero desaparecer. —Mira, tengo un sistema muy sencillo. Primero selecciono todas las fechas por orden, de menor a mayor y luego las guardo por el nombre al que pertenecen. Podrías iniciar con esa caja y si tienes duda me avisas.

Él asiente.

Según mi reloj de la muñeca hemos trabajado dos horas sin parar y sin hablar, pero mi garganta ya me duele por el polvo así que me detengo y sobre dos vasos de agua digo aguamenti, de inmediato se llenan y le entrego uno a mi compañero de castigo.

—Oh muchas gracias, mi garganta me estaba matando.

—Y eso que no lo viste el primer día, estaba completamente repleto. —Explico mientras recuerdo todo lo que aspire, y que aún así, no fue suficiente.

Bebemos agua hasta que él ve mi varita entre mis dedos.

—Creí que no podíamos usar magia.

—Lo sé, pero de verdad que con el polvo no podía ni ver lo que estaba escrito en los papeles, McGonagall se apiadó de mí y me dejó ocuparla solo una vez, luego le pedí agua y me la regresó porque "confía" en mí, así que no pienso defraudar esa confianza y solo la ocupo para el agua, ni siquiera para volver a aspirar.

>>Además si la usara, ella lo sabría de inmediato, me refiero, hubiera acabado en dos días.

—Tiene sentido. ¿Me das más? —Extiende su vaso y yo coloco más agua. Igual con el mío.

Me muero por preguntar por qué lo castigaron pero no sé si él quiera decirme.

—¿Te duele mucho? —Sirius señala la venda en mi muñeca.

—Solo un poco, siento que es porque no he descansado y no he tenido tiempo de ir a la enfermería.

—¿Por?

—Es que después del castigo, que consume todas mis tardes, voy a cenar y luego a hacer mis tareas, y al escribir sigo forzándola demasiado, pero prometo ir el lunes en cuanto esto termine.

Siento que no le convence mi respuesta pero no dice nada.

Volvemos a nuestras tareas hasta que le anuncio que la cena está por comenzar y que lo mejor será que vaya por su varita con McGonagall. Él deja todo como está y vamos a avisarle que hemos terminado por hoy, ella asiente y le entrega su varita a Sirius, luego revisa el archivero en caso de que hayamos usado la varita y ve que en efecto, todo lo hemos hecho a mano.

Vamos de camino al gran comedor cuando él se detiene de golpe.

—¿Tienes mucha hambre? —Me pregunta y en realidad no lo he pensado, solo pienso en que quiero alejarme de ese archivero lo más rápido que pueda.

—Solo un poco.

—Ven, tengo algo que hacer y me gustaría que me acompañaras. —Sirius lo dice como si fuera lo más normal del mundo y yo solo puedo sonrojarme, espero que con la oscuridad del castillo no se me note.

—Está bien.

—Dame tu mochila. —Lo hago.

Seguimos caminando hasta que comprendo a dónde vamos, la enfermería.

—¿Qué hacemos aquí? —Pregunto.

—No puedo creer que no hayas venido en tres días porque estás tan ocupada, tu mano debe de doler horrible, no la descansas ni un momento. —Me sorprende porque esté preocupado por mí.

Y además, me hace sentir un poco culpable, porque tiene razón, debí haber venido antes.

Entramos a la enfermería y Madame Pomfrey me atiende, la medicina es completamente asquerosa pero después de 10 minutos mi mano se siente como nueva.

—Si hubieras venido antes no se hubiera tardado tanto. —Me regaña y yo solo miro hacia abajo. Sirius ríe. —Ahora corran, no deben de perderse la cena.

Salimos y caminamos en silencio, Sirius sigue con mi mochila y la de él, veo su perfil y se ve tranquilo, parece no tener ninguna preocupación en el mundo, también noto que es muy parecido a su hermano, solo que Sirius es un año más grande y usa el uniforme rojo y dorado de Gryffindor y no el verde con plata que toda su familia ha usado.

—Gracias. —Digo una vez que me doy cuenta que estamos por llegar y no se cuando podremos hablar de nuevo.

—Debiste de ir antes.

—Lo sé.

Ahora estamos a unos metros de la entrada.

—Ten. —Me entrega mi mochila. —Te veré mañana en el castigo.

Yo me alegro porque significa que estaremos solos de nuevo, aunque sea acomodando papeles polvorosos y en completo silencio, eso no importa si puedo convivir un rato con él.

Al llegar a mi mesa le presumo a Pandora mi muñeca sin venda y de reojo veo como Sirius se sienta con sus amigos y se comienza a reír a carcajadas. 

Par de Ases /Sirius Black/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora