22.-No sería capaz.

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«La verdad levanta tormentas contra sí que desparraman su semilla a los cuatro vientos.»


Recorro las calles de Northwest, me detengo junto a una bodega y tomo el celular desechable para corroborar la dirección

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Recorro las calles de Northwest, me detengo junto a una bodega y tomo el celular desechable para corroborar la dirección. Cuando me aseguro de que estoy en el sitio correcto, bajo. Me quito el casco y volteo alrededor.

El sitio es por lo mucho el más inseguro en el que he estado. El ruido ahogado de las peleas clandestinas dentro de las viejas bodegas apenas y se escucha, reviso la hora, ya debería de estar aquí.

—Al parecer Flyn encontró a alguien puntual —volteo cuando escucho la voz detrás de mi cuerpo. Dice la frase que se le otorga a cada comprador para asegurarnos que realmente es quien hizo la compra y luego me deja ver el dinero.

La mochila se siente ligera cuando me deshago del paquete que llevo dentro, me aseguro de que el dinero sea el correcto, y sin decir nada, subo de nuevo a la motocicleta.

No hay necesidad de interactuar, mientras menos lo haga, mejor.

Son las cinco de la mañana y Northwest sigue a oscuras, el sol poco a poco comienza a elevarse, dando un poco de claridad. Aumento la velocidad cuando tomo la avenida principal, y luego me desvío a Sellwood.

Media hora más tarde, me encuentro ingresando a la bodega donde Flyn llevaba a cabo sus negocios. Me recibe con una sonrisa, colocándose de pie al instante.

—Bueno, bueno ¿qué tal tu primera entrega? —inquiere—. ¿Todo en orden?

—Todo como debería —aseguro tomando el dinero y dejándolo sobre el escritorio. Un chico se acerca, tomando los billetes y contándolos, un par de minutos después le hace una seña a Flyn para indicarle que es la cantidad correcta, y sale.

—Comenzamos con el pie derecho, me gusta eso —apaga el cigarro que mantiene entre los labios, toma el dinero y cuando lo coloca dentro del cajón, extiende hacia mí un pequeño sobre—. Tu primera paga, Jones. Si haces las cosas bien, tal vez podamos encargarte entregas más grandes.

Observo el interior, es una cantidad de dinero considerable. Teniendo en cuenta los cientos que el cliente pagó.

—Gracias, Flyn.

Hace un ademán para restarle importancia.

—Estamos en contacto.

Me marcho, guardando el dinero en la mochila y sintiéndome aliviado de alejarme de Sellwood.

Cleveland luce igual que un día común de clases, apenas me quito el casco, un brazo se envuelve alrededor del mío y me arrastra hacia un costado de la entrada.

—¿Qué...?

—De acuerdo, te dije que no salieras corriendo —Halley se planta frente a mí.

Atracción mortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora