49.- El chico real.

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«Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.»

Pablo Neruda

Observo a Dereck demasiado concentrado en el libro de ejercicios matemáticos frente a él

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Observo a Dereck demasiado concentrado en el libro de ejercicios matemáticos frente a él.

—¿Necesitas ayuda? —inquiero limpiando el pincel.

—No, creo que soy capaz de terminarlos —asegura sin mirarme. Muerde la punta del lápiz y su cejo se frunce—. O tal vez no.

Suelto una pequeña risa, abandono el banco en el que me encontraba y camino hacia la cama. Los exámenes finales se acercaban, las calificaciones del último periodo eran más importantes que nunca, porque en menos de tres meses, sería la graduación.

Habíamos enviado los ensayos a las universidades correspondientes, según lo que Dereck me había dicho, envió su ensayo y currículum a Yale, a la Universidad de Arte de Chicago y a la universidad de Washington.

Me coloco a su costado, Dereck sostiene su mentón con las manos hechas puños y mira el libro.

—No entiendo porque deben dar matemáticas, estudiaré arte. ¿De qué me servirá saber encontrar un maldito ángulo en esta curva?

—No es un ángulo, es el área —lo corrijo—. Empecemos por ahí.

—Ángulo, área, es lo mismo —se queja rodando en la cama y quedando boca arriba—. ¿Cuál es la diferencia?

—¿Realmente me estás preguntando esto? —inquiero algo incrédula y divertida—. Ven aquí, voy a explicarte.

—¿Por qué no los haces por mí? —sonríe con inocencia.

—Porque entonces cuando el examen final llegue vas a reprobar y te recuerdo que no podemos darnos el lujo de que eso ocurra —sentencio—. Así que me pondré en mi mejor papel de maestra, ven aquí.

Se acomoda de nuevo a mi costado, y por la siguiente hora hago mi mejor esfuerzo para que Dereck entienda la forma de resolución, al final, parece ser que no se le complica tanto como hace creer.

—Ya, he tenido suficientes números por hoy —dice mientras cierra el libro y lo aparta. Lleva una de sus manos hacia su cabello y lo sacude.

—D, ¿has pensado que haremos si alguno de los dos no entra a Yale? —inquiero.

—Tu lugar está asegurado en Yale, Hallie —me recuerda—. La pregunta sería, ¿Qué haremos si yo no soy aceptado en Yale?

—No tengo un lugar asegurado, hay muchos aspirantes. —murmuro—. Pero, ¿lo has pensado?

—Bueno, supongo que nos adaptaremos —responde.

—¿Cómo? ¿Viéndonos para navidad? —cuestiono—. Verano lo pasarás en Texas, acción de gracias y navidad viajas a Londres con Luke, nos veríamos ¿qué? ¿Una semana al año?

Atracción mortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora