20.- Sueña conmigo.

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"El hombre débil se vuelve fuerte cuando no tiene nada, porque solo entonces puede sentir la locura de la desesperación".

-Arthur Conan

Flyn ya se encuentra esperando por mí, un par de chicos me saludan cuando ingreso, todos los demás parecen tan inmersos en sus propios asuntos que no prestan atención a lo que sucede.

—Agradezco la puntualidad —dice Flyn cuando me recibe. Cierra la puerta de la habitación cuando ingreso.

Mantiene un cigarrillo entre los labios, y camina con gesto relajado hasta sentarse en uno de los sillones, haciéndome un gesto para que tome asiento justo frente a él.

—Dije que no iba a preguntar, pero me gana la curiosidad —admite—. Siempre te has negado, ¿por qué de pronto estás interesado?

—Necesito el dinero —murmuro—. Para la universidad.

—Dereck, si comienzas en esto, no tienes necesidad de ir a una estúpida universidad —dice incorporándose de nuevo—. Eres inteligente, sabes hacer negocios y no te gustan los problemas, podemos ser buen equipo. Aprenderás con el tiempo, y quien sabe, puede que tal vez consigas un espacio en Portland para distribuir tu propia mercancía. Todo eso en menos tiempo de lo que te llevaría tener una carrera.

Cuando no respondo, sonríe.

—Tengo veinticinco años y te aseguro que ahora tengo más dinero que mis compañeros de curso —asegura—. No te presionaré, porque sé que no viniste por eso.

—Solo será por un tiempo.

—Sí, eso dicen todo antes de ver lo fácil que es obtener el dinero. Y deciden quedarse —sonríe de nuevo, deshaciéndose del cigarrillo y tomando otro de su bolsillo para encenderlo.

Tiende la caja en mi dirección, tomo uno y él lo enciende.

—Bueno, sabes cómo funciona esto, te entrego la mercancía, tú te aseguras de que llegue a las manos correctas, tomas el dinero y vuelves conmigo —dice como si fuese algo realmente sencillo—. Me agradas porque eres discreto, tu presencia pasa desapercibida.

—¿Solo eso?

Chasquea la lengua.

—Hay zonas en donde el terreno es peligroso, o donde idiotas no quieren que entremos. Pero no debes preocuparte, cuidaremos tus espaldas —asegura—. Solo debes asegurarte de que la mercancía llegue y obtener el dinero correspondiente a ella.

Saca el humo que se esparce por la habitación.

—Eso sí, si te roban la mercancía, si la pierdes, o lo que sea, tú...—me señala— tendrás que responder por eso. Confío en que no pasará contigo.

Un breve silencio se instala.

—¿Qué dices? ¿Estás dentro?

Una parte de mí grita que no, que no debo estar haciendo esto. Puedo ir con Luke, puedo pedirle su ayuda y librarme de mi padre, pero la parte orgullosa, esa que detesta depender de alguien dice que puedo resolverlo solo.

Atracción mortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora