36.- Son solo mentiras.

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«Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.»

Paul Joseph Goebbels.

Sabía que, si quería ganar el concurso, tenía que esforzarme, más de lo que siquiera alguna vez pude imaginar

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Sabía que, si quería ganar el concurso, tenía que esforzarme, más de lo que siquiera alguna vez pude imaginar.

El hecho de que escogieran solo a una persona del distrito escolar, aumentaba el grado de competencia. Había personas que llevaban en esto varios años, como Maya, que tenían habilidad y no dudaban en demostrarla.

Sin embargo, quería mantenerme positivo y pensar que tenía oportunidad. Aunque no estuviese resultando del todo bien.

—Oh, vaya. ¿Tenemos problemas? —inquiere Less mientras sale al jardín trasero. Resoplo con molestia cuando la arcilla se desvanece entre mis manos.

—No entiendo que ocurre —mascullo—. Se supone que debería de quedar bien.

—Pasa que estás demasiado presionado, el arte no se crea si estás presionado. —Me recuerda—. Tienes que disfrutar del proceso.

—¿Cómo se supone que lo disfrute cuando no soy capaz de formar ni siquiera la más horrible figura? —me quejo.

Less ríe, se recoge el cabello en una coleta antes de sentarse a mi lado. Se cruza de piernas sobre el pequeño espacio de concreto del jardín y se arrolla las mangas de la sudadera que trae puesta.

—De acuerdo, ¿por qué no me muestras como se hace? —pregunta.

—¿Quieres hacer cerámica?

—Quiero que te relajes un poco —admite.

—No creo que enseñarte cerámica sea la mejor manera de relajarme —me sincero—. No soy muy buen maestro.

Ella vuelve a reír.

—De acuerdo, lo intenté.

Vuelvo a tomar un poco de la masa, siguiendo los pasos acostumbrados hasta que la masa comienza a tomar forma. No sé muy bien lo que estoy haciendo, es como si mis manos ya supieran exactamente qué es lo que deben hacer, aunque no conozca el resultado.

Alessandra se mantiene en silencio, su presencia no me resulta incómoda, al contrario. Normalmente darle forma a la masa me llevaba tiempo, pero ahora, lo consigo relativamente rápido.

Cuando he acabado, Less ladea la cabeza, mirando la figura con atención.

—¿Qué se supone que es? —cuestiona con curiosidad.

Echo el torso hacia atrás como si de esa manera pudiera conseguir ver algo más.

—La verdad no tengo idea.

Ambos reímos ante mi respuesta.

—Arte abstracto —dice —me gusta.

—Creo que el arte abstracto surgió por la necesidad que tenían los artistas de explicar lo ilógico de sus obras, ¿no lo crees?

Atracción mortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora