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Amaba la libertad que tenían los pájaros, podían volar y conocer todo el mundo si quisieran, también necesitaba unas alas como aquellas

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Amaba la libertad que tenían los pájaros, podían volar y conocer todo el mundo si quisieran, también necesitaba unas alas como aquellas. Aun así yo, que lo tengo todo... ¿por qué vivía encerrada en las cuatro paredes de mi hogar? Era algo que daba mil vueltas en mi mente, cada vez que pensaba en ello al rato sufría un leve dolor de cabeza; incluso intenté preguntarle a mis padres, pero ellos sólo dijeron que dejara de perder mi tiempo en cosas sin sentido.

Entonces, lo hice así, deje de cuestionar mi realidad y no miré con envidia a los pájaros que veía afuera de la ventana de mi habitación. Quizás algún día podría salir a ese mundo y comprobar lo que dicen los libros con mis propios ojos. Louise, sólo debes aguantar un poco más, incluso aunque no conozcas por cuánto.

ㅡFirme y recta. Jamás conseguirás un hombre si caminas encorvada. ㅡAlegó mi tutora golpeándome en la espalda con la regla que tenía en sus arrugadas manos. Hice una mueca de dolor. Siempre tumbaba los libros que había encima de mi cabeza, así lo haya intentado muchas veces, uno o dos caían al suelo y el castigo era inevitable.

Quería aprender sobre arte, historia y el mundo que nos rodea, pero la mayoría de mis tutoras me enseñaban cosas protocolares, caminar, vestirse, comer, ¡hasta cómo coquetear! por suerte una de ellas me enseñó matemáticas porque lo necesitaría en un futuro. No recuerdo desde cuándo comenzaron las clases, pero parecían nunca acabar, años de castigos y de libros caídos, estropeándose sus delicadas páginas por mi torpeza.

Dentro de todo esto comencé a escribir un diario para contar mi día a día, allí relataba los días hasta que terminase esto. Al menos tenía un amigo al que le podría decir mis frustraciones. Lo escondía debajo de mi colchón para que nadie lo encontrara, era mi pequeño rincón de felicidad dentro de este mundo gris.

ㅡTe vas a casar con James Abercromby, un reconocido general inglés. ㅡExclamó mi padre sin interés alguno en medio del desayuno. Por mi parte dejé el tenedor fuera del plato y lo miré atónita, volteé a ver a mi madre y ella estaba con sus ojos centrados en la tostada que tenía al frente. Como siempre, su temple era serio y no nos miraba a los ojos, sólo asentía a todo lo que se hablaba, sabía que por su parte no tendría apoyo.

ㅡPapá, ¿cómo yo...? ㅡTraté de defenderme pero fui callada inmediatamente por los orbes azules clavados fijamente en mí. Sus labios formaban una fina línea y conjunto a su ceño fruncido, daba un aspecto que emanaba terror.

ㅡEs una buena alianza, abonaremos nuestras tierras. ㅡEsa última frase me había hecho valer nada en pocos segundos. Todas mis enseñanzas vinieron a mi cabeza en un instante, todo aquello fue para terminar así.

Ante esto, tragué fuerte, me levanté de la mesa y fui corriendo a mi habitación. No le di importancia a mi padres, incluso si más tarde me castigarían por romper las reglas de la mesa o sencillamente por no comer; no estaba preparada para esto, ni siquiera por mi cabeza rondaban ideas de matrimonio y menos si no sabía quién era. El amor debería nacer del corazón y no por interés o beneficios, quería que fuera como en las novelas románticas que había leído a lo largo de mis años, pero al parecer el mundo real no era de esa manera.

Our Desired Reliquiarium: Courage [wy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora