LIGHT A FLAME. |JohnTen|

1.

– deja de ser desobediente y acompaña a tu hermanita a pedir dulces, chittaphon. – la señora madre del hogar habló mientras trenzaba los cabellos de su hija menor, la linda tern estaba vestida de princesa de disney.

– pero mamá..– chittaphon trató de quejarse pero la mirada asesina de su madre le hizo quedarse callado y sólo esperó por su hermanita en la entrada de la casa.

no le gustaba la noche de halloween, no le gustaban los niños, no le gustaban los dulces, no le gustaba la gente en general, ni siquiera le gustaba su propio ser. mala era su suerte que su hogar en chicago se situaba en uno de los barrios que más festejaban esa extraña tradición. cuando vió a su hermanita salir corriendo de la casa empezó a caminar detrás de ella asegurándose de que fuera por el camino correcto y no terminara en el piso por sus torpes pasos de niña torpe.

– ¡ten ten! – tern sonreía llamando a su hermano para que saludara a sus amiguitas, las cuatro niñas enamoradas del obviamente gay chittaphon.

– hola niñas. – habló con indiferencia tratando de asegurarse de que no había nadie ahí que podría conocerlo, siguió a las niñas a todas las casas en las que fueron a pedir dulces.

– aquí tienen pequeñas princesas. – un amable muchacho con el cabello teñido de color naranja dejó caramelos para las emocionadas niñas. – ¡oi! ¡ten ten! – rió el muchacho llamando la atención del tailandés quién rodó los ojos al encontrarse con la inmadura expresión de yangyang liu.

chittaphon le sacó la lengua y siguió a las niñas en el resto del camino hasta llegar a una casa que tenía música fuerte y al parecer muchos jóvenes en el interior, un alto muchacho asiático disfrazado de tigre estaba ahí sosteniendo un gran bowl de dulces que hizo brillar los ojos de las pequeñas.

– mira ten ten, es un tigrito gigante. – tern exclamó nuevamente tratando de llamar la atención de su hermano quien miró hacia ahí asintiendo lentamente con la cabeza antes de regresar su atención hacia otro lado para contar las casas que faltaban recorrer antes de poder regresar a su hogar.

– ¿cómo se llama tu hermano? – el chico disfrazado de tigre se agachó hacia la pequeña susurrándole y ella rió parándose en sus puntitas para susurrarle al oído un tierno "ten ten".

el tigre les dió sus dulces y se acercó al chico extendiéndole un bombón, como adivinando que ese era el único dulce que alguna vez le pudo haber gustado. el tailandés miró por primera vez al chico y frunció el ceño manteniendo sus brazos cruzados.

– pero no estoy disfrazado..– se encogió en hombros y evitó la atención de los lindos ojos ajenos.

– mi madre me ordenó estrictamente que le de dulces a todos los niños lindos que vinieran a casa. – el alto bromeó y agarró una de las manos del menor para dejarle el bombón en ella. – soy johnny, ¿en serio te llamas ten ten?

– es solo un apodo de mi madre para mi. – el menor volvió a encogerse en hombros y le devolvió el bombón. – tengo niñas que cuidar, adiós tigrito gigante.

el más bajito se despidió con la mano y volvió a seguir a las niñas, llevándolas después cada una a sus casas yendo a su hogar con tern en una hora más. la madre abrazó a la pequeña con una sonrisa y luego se acercó a su bebé mayor, dándole un suave abrazo.

– gracias por hacer esto por mi, ten ten. – ella sonrió y besó su frente dejándolo irse a su cuarto después.

apenas tocó su hermosa y cálida cama su celular empezó a recibir muchas notificaciones que simplemente no pudo ignorar porque sabía quien era el insistente receptor.

yangyang🙄: teeeeeen
yangyang🙄: ten teeeeeen ❤️❤️❤️
yangyang🙄: VEN A MI CASA
yangyang🙄: algunos amigos vinieron y trajeron de beber
yangyang🙄: kun está aquí.

y ese último mensaje fue suficiente para convencerlo, bajó corriendo las escaleras avisándole a su madre que iría a la casa de su mejor amigo y tal vez volvería tarde. ella casi se sintió sorprendida al verlo contento con la idea de volver a salir pero sólo se despidió de su hijo, charlando con la señora liu por mensaje ya que eran tan amigas como lo eran sus hijos.