Una linda pareja de casi mediana edad, una bella mujer de 1.65cm, cabello rubio ceniza, casi blanco, y ojos del mismo color, un hermoso hombre de 1.80cm, cabello azabache y ojos rubíes.
Se conocieron en la secundaria y decidieron iniciar una relación, se graduaron y empezaron a estudiar en la universidad, en diferentes carreras por lo que estaban separados pero, esto no era un impedimento para su amor, poco después decidieron casarse y mudarse juntos.
Ambos tenían trabajos buenos y estables, sin embargo, no tenían mucho que ver con lo que habían estudiado, el trabajaba en servicio al cliente, en un horario de medio tiempo y ella era costurera en una tienda común y corriente, ninguno de los dos trabajos eran la gran cosa pero no se quejaban de ello.
Poco después decidieron experimentar algo y, ella quedó embarazada de su primer hijo, Yuuki, cabello negro y ojos ámbar, parecido a su padre en cuanto a las facciones del rostro, y luego tuvieron a su segundo hijo, Takashi, quien era casi idéntico a su madre, claro, versión hombre. Entre los cuatro se convirtieron en una bonita familia, promedio pero felices.
Era una tarde tranquila, como cualquier otra, la familia volvía a casa después de comprar lo necesario para su hogar.
—Mis niños vayan a jugar en lo que preparamos la comida —sonrió la hermosa mujer dejando las bolsas de plástico en la alacena junto a su esposo
Los dos hermanos no dudaron en correr a su pequeña habitación y empezar a jugar con los únicos cuatro carritos de juguete que tenían, así pasaron las horas, jugando y divirtiéndose. Pronto el menor fue corriendo a la cocina.
—¡Mamá! ¡Papá! ¡¿Podrían leernos este libro después?! —se detuvo para recuperar el aire por haber corrido y gritado, presionando el libro contra su pecho
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su madre levanto una ceja.
—Por favor —completó el niño, apenado por haber olvidado decir aquella palabra
—Claro, pequeño —su padre sonrió, doblando el periódico que tenia en sus manos
—Ahora, ve a llamar a tu hermano, la cena esta lista —la mujer, con ayuda de su esposo empezó a servir agua en cuatro vasos
El menor corrió de nuevo, como si su vida dependiera de ello, pronto, los dos hermanos estaban en la mesa recuperando la respiración. Comieron y hablaron de manera tranquila como siempre, hasta que tocaron la puerta.
«Quien podría ser a esta hora», algo indignado, el padre se levanto de la mesa dirigiéndose a la puerta. La madre y sus hijos siguieron comiendo como si nada.
—Buenas noches, ¿Qué necesita? —la otra persona no respondió pero, levanto la mirada dejando ver quien era, antes de que el padre pudiera decir algo, el tipo corto su garganta para luego dejarlo caer al suelo, alertando así al resto de la familia