Terminaba de hacer ejercicio, de su cuerpo caían gotas cristalinas, su cuerpo tenia ahora unas curvas mas pronunciadas, por la pubertad y el ejercicio, cualquiera diría que su cuerpo era realmente hermoso y nadie podía decir lo contrario.
Extendió su mano, alcanzando una botella de agua y bebiendo el liquido de esta, y sintiendo como sus músculos se contraían en su interior.
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Regulando su respiración fue a su habitación, adentrándose mas que todo en el baño y teniendo una ducha relajante luego de tanto esfuerzo físico.
Vistió su cuerpo con prendas cortas, obligándose así misma a acostumbrase a usarlas, no le gustaba su cuerpo y no le gustaba que nadie lo viera, pero, debía pensar en los pros y contras de ello, los pros eran solo para su beneficio y, los contras podían llegar a causar fallos en algún tipo de situación especifica.
Aparto el cabello de sus hombros y movió levemente sus brazos, analizando estos, tenían algunos rasguños en ambos, y era lo mismo con sus piernas, sumándole a estos cortadas y moretones, varios hechos por ella misma, otros por entrenamientos.
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Metió una pastilla en su boca, las típicas vitaminas que siempre debía consumir, y dejo que esta se derritiera sola con la saliva. Esparció con dos dedos crema por las heridas, una crema especial que la doctora Meilin le había dado con el fin de que las marcas se fueran en el menor tiempo posible, sobo con movimientos circulares los moretones haciendo que estos tomaran otro color.
Estiro todo su cuerpo con paciencia, dejando algunos huesos tronar, relajó sus hombros, brazos, manos y dedos, haciendo que estos terminaran colgando como si no tuvieran ningún tipo de fuerza.
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