Capitulo 23

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—Vamos niña, necesito revisarte —dijo el doctor, era moreno, alto, de cabello y ojos negros, en otras palabras, intimidante para ella

—No quiero —dijo de nuevo, pataleando

—Agh —el moreno suspiro, mirando a Asanu— traeré a la doctora Meilin, seguro ella sabrá como hacer esto —cansado, salió de la enfermería

—MasaKo ¿en qué quedamos? —el peli verde tocó el puente de su nariz

—Él no me daba confianza —dijo, reincorporándose luego del show que había hecho

—Buenos días —entró por la puerta la mujer, baja estatura, tez pálida, ojos color carmín, cabello azul oscuro y adornos dorados en este

—Buenos días, doctora Meilin —el de orbes zarco hizo una reverencia

—Hola pequeña —la mujer se paro frente a ella, sonriente

—Hola señorita —saludo educadamente, como su madre le había enseñado, con una expresión neutro

—¿Cómo estás el día de hoy? —le preguntó, poniéndose un estetoscopio— respira profundo, por favor

—Pues, bien, aunque podría estar mejor —respondió, respirando cómo le había indicado

—¿Por qué lo dices?

—Asumo que ya debe de estar enterada de mi situación, así que me saltare la parte de explicarle —dijo, observando como la de cabellos azules revisaba sus ojos y oídos

—Tienes razón, lo siento, no debí preguntar

—No se preocupe —se sentía más calmada con una mujer a su lado

—Ahora necesito que quites tu ropa, debo revisar tu cuerpo por completo

MasaKo y Meilin miraron a un expectante peli verde, ambas tenían una expresión neutro que daba miedo, mirándolo fijamente.

—Lo entiendo, espero afuera

En cuanto el hombre salió, MasaKo empezó a quitar su ropa ligeramente incomoda, quedó en ropa interior y la doctora se dispuso a analizar su cuerpo, cuidando que no tuviera marcas o heridas tanto profundas como no.

—¡No! ¡No toque ahí! —apartó la mano de la médica de sus muslos

—Esta bien, lo siento. Puedes vestirse —solo había bastado con unas miradas para revisar todo su cuerpo

—Señor Asanu ya puede entrar —dijo la adolescente, ya vestida 

—Bueno, las heridas que tiene no son graves, pude notar como tiene unas que aun no se curan por completo —el hombre y la adolescente se miraron al mismo tiempo, ella río nerviosa— le mandare cremas y pastillas —escribió una orden para que pudieran darle los medicamentos necesarios

—Gracias, doctora Meilin —el peliverde recibió el papel

—Gracias señorita —agradeció, la doctora le dio una paleta de fresa y ambos se fueron

—Gracias señorita —agradeció, la doctora le dio una paleta de fresa y ambos se fueron

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𝗡𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗔 𝗦𝗔𝗟𝗩𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 ||Akatsuki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora