Myōi caminaba de un lado a otro ordenando la habitación, todos la seguían con la mirada, analizaban todos sus pasos y gestos, y juzgando por la pequeña sonrisa en su rostro parecía feliz.
-¿Qué tienes? -le preguntó Itachi agachándose a su altura
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-Hoy es un buen día -sonrió
-¿Bueno? ¿Por qué lo dices? Todos los días en este lugar son iguales siempre, cada día es la misma miseria
-...
-Di algo
-...
Los demás la miraban directamente esperando su respuesta, pero esa respuesta nunca llegó, Myōi pasó por un lado del Uchiha y siguió ordenando la habitación.
-¿Los demás? ¿No tienen cosas que hacer? Tienen clientes que atender, muchos de ellos
Se sorprendieron ante aquellas palabras, ella nunca los había tratado de tal forma y, en vez de sentirse molestos, se sintieron más que todo tristes.
-Si... Ya nos vamos... -dijo Zetsu yéndose, al igual que los demás
-¿Cuál es tu problema, Itachi? -lo miró de reojo, terminando de acomodar las prendas de Konan en el pequeño armario
-¿Mi problema? Querrás decir tu problema -ella rió.
-Eres tan pesimista... Si tan solo fuéramos un poco positivo nuestra relación podría ser mejor
-No soy pesimista, soy realista, solo digo la verdad, en este lugar todos los días son iguales
-Eso lo dices porque no sabes nada -susurro
-¿Que?
-Que te calles, por un momento ¿podrías dejarme ser "feliz"? -lo miro con enojo, una lagrima resbaló por su mejilla
Itachi abrió más los ojos, esas palabras y esa reacción le habían recordado a su hermano menor, Sasuke, sin darse cuenta camino hasta salir de la habitación dejando confundida a la Myōi.
-Esto de estar actuando no es lo mío -limpio la lagrima, los hermanos entraron a la habitación
-No tienes porque hablarles de ese modo -la regaño Takashi
-Itachi me estresa
-Igual, no fue la forma correcta de hablarle así a los demás
-Será mejor que
-Me disculpe con ellos, lo sé -interrumpe- estoy grande, no me tienen que decir que hacer siempre... Ahora, a trabajar si queremos que "eso" pase
Los tres salieron nuevamente y se fueron por diferentes caminos para hacer lo necesario.
Las horas ese día habían pasado extremadamente lentas, lo cual era demasiado agotador. MasaKo miraba a Tobirama vestirse desde el sofá, con la respiración agitada o los ojos ligeramente cerrados, estar siendo como su sirvienta por todo el día era un infierno.
-¿Cansada? -le preguntó el peliblanco con descaro
-Si...
En eso alguien toca la puerta desesperadamente y abre de la misma forma.
-¡Esa rubia es una inútil! -grito un cliente- ¡no sabe ponerse un estúpido traje!
-... Señor, le pido que se calme, ahora iré a arreglar el problema -se señaló a si mismo dando a entender que no estaba vestido por completo
El hombre miró alrededor encontrándose con la chica.
-¿Cuánto me cobras por ella? -miró detalladamente el cuerpo desnudo de Ushio
-Ella no está en venta
-Oh, es una lástima, pagaría millones por acostarme con ella -se fue
-Lamente eso
-No se preocupe -se vistió con rapidez- iré a ayudar a Deidara -hizo una reverencia y se fue
Busco la habitación en la que se encontraba el Kamiruzu y entró.
-Deidara, vine para ayudarte ¿Qué es lo que debes usar?
-Esto -levanto una prenda casi transparente
-A ver -lo ayudó a vestir- sabes, quería disculparme contigo por cómo hablé
-No tienes porque disculparte, Itachi es estresante a veces -interrumpe- y gracias, enserio no sabía usar esto
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Ella le dedico una cálida sonrisa y lo abrazo.
-Quisiera que no tendrías que hacer esto pero pronto acabará -se fue
Deidara tuvo que cumplir con su trabajo, un tiempo después MasaKo volvió por el para ayudarlo a asearse.
Falta poco para que esto acabe...
El resto del día paso con naturalidad, lo cual era extraño. Cuando todos estuvieron presentes en la habitación, Myōi se paro frente a ellos suspirando.
-Quiero pedirles una disculpa por lo de esta mañana -hizo una reverencia- se perfectamente que esa no fue una buena forma de hablarle a ustedes ni a ti, Itachi ¡discúlpenme por favor!
-Wow... Tranquila, linda -Hidan hizo que tomará una postura normal
-Aceptamos tu disculpa ¿verdad? -le preguntó Kisame a los demás
-Si -respondieron
-No fue la forma más correcta de hablar pero es entendible, con todo el estrés de este lugar es normal actuar de ese modo -comentó Obito
MasaKo les dedico una sonrisa aliviada, aunque no lo dijera, un peso de encima se había ido.
