—¡MasaKo! —grito el general, haciéndola sobresaltar
—Si... Si señor —respondió, frunciendo el ceño un poco y haciendo una pose militar
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—Felicidades —sonrió, ella lo miro confundida— en los meses que llevas aquí, has logrado avanzar de una manera realmente sorprendente, esta cada vez mas cerca de terminar con todo tu entrenamiento —le entrego su nuevo uniforme
¿Para eso tenia que gritarme?
—Muchas gracias, señor —volvió a hacer la pose e hizo una reverencia
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Se miraba al espejo, viendo cada detalle de su nuevo atuendo. Una blusa cuello tortuga sin mangas azul oscura, encima un vestido blanco largo, hasta un poco mas abajo de la rodilla, con aberturas a los costados, un corset azul oscuro con una delgada cinta blanca, un short azul oscuro, guantes azules oscuro que solo cubrían desde sus muñecas hasta sus codos y una bota -pie derecho- blanca con dos X de color plata, bastante larga, que llegaba hasta mas arriba de la mitad del muslo y la otra -pie izquierdo- era mucho mas baja.
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Nunca había entendido la forma tan peculiar de los uniformes, sin embargo, no se quejaba.
Salió de su habitación y bajo las escaleras, adentrándose en la sala donde estaba su familia adoptiva esperándole, pues, estos le habían dicho que se probara su nuevo uniforme.
