Capítulo 22: El primer beso

516 52 11
                                    

Adora se adentró más para llegar con Catra, por suerte el paraguas que llevaba la protegía de la horrible tormenta. La poco luz de la luna de esa noche apenas y alumbraba el lugar. Al acercarse Adora sen encontró con una Catra completamente mojada y cabizbaja.

-¿Qué estás haciendo?- le preguntó tratando de disimular sus ganas de correr a sus brazos para abrazarla.

Catra levantó el rostro dejando al descubierto sus ojos llenos de lágrimas.

-No estoy suplicando por tu atención- respondió con la voz a punto de quebrarse -No te pido nada. Ya sé que lo que hago muchas veces no tiene sentido pero es que nunca entiendo como llevar mis emociones cuando te tengo cerca, pero... -su voz ya comenzaba a temblar -Entiendo que no te guste... Sé que nunca te gustaré como tú me gustas a mí- confesó, después de eso apretó los ojos con fuerza y empezaban a salir las lágrimas que faltaban.

El corazón de Adora se detuvo por un segundo, Catra acaba de confesarle que le gustaba, sentía como la felicidad no le cabía en el pecho, pero a la vez se le caía a pedazos al ver como Catra se quebraba por dentro. Adora dejó caer el paraguas y se lanzó a los brazos de Catra, la abrazó con tanta fuerza para que de alguna forma evitara que se desmoronara.

El momento se volvió en algo mágico, desde hace ya bastante tiempo que las chicas estaban completamente enamoradas la una de la otra, sólo que nunca habían encontrado las palabras correctas para expresarlo hasta entonces, al hacerlo ahora lo mágico se encontraba dentro de ellas. Su corazones latían ya a la misma melodía.

Ahora, una nueva misión. Debían volver al dormitorio sin que las descubrieran, por fortuna ya había acabo de llover y sólo caía una suave brisa pero la luz en el campus no había regresado. Adora llevaba de la mano a Catra guiándola de regreso. La castaña sólo la miraba con una suave sonrisa pensando que no le importaría ir a donde sea con tal que Adora nunca la soltase.

Las dos chicas lograron llegar al dormitorio sin ser vistas por nadie. Catra enseguida notó al pequeño gatito en la mesa de noche de Adora y su corazón explotó de amor. Adora miraba con atención a la chica, estaba toda empapada y ahora era ella la que parecía un gato más que nadie, enseguida fue al cuarto de baño a buscar una toalla para la castaña.

No tardó nada en encontrar la toalla y al salir miró como Catra ya se estaba cambiando de ropa y se quitaba la que estaba mojada. Adora se quedó paralizada mientras se sonrojaba y antes que se viera descubierta giró la vista hacia otro lado. Cuando la castaña ya había terminado se subió a la cama y con una mirada le hizo saber a Adora que podía acercarse.

La rubia se subió y comenzó a secar la gran melena de Catra. Poco a poco dejaba de estar húmeda pero Adora apenas y podía concentrarse porque Catra no le quitaba la vista de encima, estaba pendiente de cada movimiento de la rubia.

-E-ehh, esto ya está- comentó Adora e iba a alejarse antes que se desmayara por el mar de emociones que le rondaban en ese momento.

Apenas se movió hacia atrás cuando sintió como las manos de Catra la cogían por la cintura y la acercaban más a ella. Se quedaron sólo a pocos centímetros de distancia, ambas ruborizadas y con el corazón latiéndoles a mil por hora, el tiempo se detuvo por unos instantes para que ambas vieran más allá de lo que veían a simple vista. Detrás de cada mirada, había una historia, su historia, que comenzó a escribirse desde el primer día que se cruzaron.

Catra se acercó aún más a Adora hacia ella y, ahora su atención se centró en los labios de la rubia. Se acercó aún más y entonces, le robó un beso. Se besaron por primera vez, fue un beso esperado para ambas. Era dulce y delicado.

Ambas disfrutaban como su amor se fundía en ese acto tan bello. Catra, aún con sus manos en la cintura de Adora la acercaba más a ella (si es que eso era posible). Sentía como si toda su vida nunca había tenido sentido hasta ese momento.

En un movimiento Catra hizo que Adora se acostara en la cama, quedando encima de ella. Adora rompió el beso para poder recuperar el aliento. No hubo mucho tiempo para ello, porque Catra volvió a besar los labios de la rubia, ahora que conocía su sabor y tacto no quería dejar de besarlos nunca más, su cuerpo le ardía exigiendo más.

Catra con un delicado movimiento levantó levemente la camisa que llevaba Adora y metió su mano sintiendo por primera vez el abdomen desnudo de la rubia y sentía como su piel y la de ella se erizaban al mismo tiempo.

Adora al sentir como la mano de Catra comenzaba a recorrer su abdomen se aferró al edredón de la cama porque sentía que iba desmayarse, llegó el punto en que verdad lo creía cuando sintió que Catra seguía avanzando hacia arriba. Volvió a romper el beso, la miró completamente ruborizada y con la respiración entrecortada.

Catra la observó con atención y se quitó de encima de ella acostándose a su lado quedando de frente. Le acarició con suma delicadeza su mejilla sonriéndole.

-¿Estás bien?- preguntó Catra.

-Sssi- apenas y pudo responder Adora, seguía agitada.

Catra se volvió a acercar a la rubia y le dio un pico en los labios. Volvió a envolverla en sus brazos sintiendo el calor que desprendía de ella. Catra sabía que había encontrado su lugar favorito en el mundo. Adora se recostó en el pecho de la castaña y podía escuchar como su corazón latía, había encontrado su sonido favorito en el mundo.

Los minutos pasaron y la noche seguía avanzando hasta que poco a poco el sueño iba consumiendo a ambas chicas. La primera en caer fue Adora, seguida de Catra quién sólo podía concentrarse en la piel tan suave de la rubia y de como disfrutaba tenerla tan cerca de ella.

"No hay mejor poema que ella en mis brazos", pensó Catra.

Aún no es el final [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora