Capítulo 27: Locuras

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¡Atención!🔞🔥

Con las ganas a flor de piel. Adora se apresuró a quitarle la ropa que cubría el cuerpo de Catra, de la misma manera lo hizo Catra con ella. Detrás de ellas había un pequeño escritorio y lo aprovechó Catra para subir encima a la rubia. El torso de ambas ya estaba completamente al descubierto dejando que las dos disfrutasen de la suavidad y de la naturaleza de la suavidad y olor de su piel. Mientras que sus lenguas jugaban entre sí en movimientos suaves e intensos a la vez que provocaban el jadeo de ambas chicas, haciendo que la temperatura del ambiente comenzara a aumentar exponencialmente.

Adora rompió el beso para coger un poco de aire pero apenas pudo hacerlo porque Catra volvió a apoderarse de sus labios nuevamente para después moverse hacia su oreja dejando un pequeño mordisco y arrebatándole un gemido a la rubia. Después continuo con su cuello dejándole un camino de saliva por el paso de su lengua. Entonces siguió bajando hasta llegar a sus pechos, que sin pensarlo comenzó a besarlos con sutiliza que poco a poco se iba perdiendo cuando la intensidad de Catra iba aumentando, deseaba con todas sus fuerzas escuchar los gritos agudos de Adora. La rubia se encontraba con una mano en su boca tratando de mantener el silencio.

Catra volvió a jugar con el cuello de Adora mientras bajaba su mano hasta llegar a su parte íntima y comenzó a juguetear por encima aún de la ropa anterior y podía sentir como ya estaba húmeda. Adora la miró diciéndole con la vista que fuera más a allá pero la castaña sólo le respondía con una sonrisa divertida.

-Pídemelo- le dijo Catra al oído.

La castaña seguía jugando sobre la ropa observando con detalle como el cuerpo de Adora temblaba y sus ojos le decían que necesitaba más.

-Deja de estar jugando- le respondió Adora con la voz temblorosa.

-Sólo tienes que pedírmelo- dijo Catra con calma.

Entonces Catra metió su mano por debajo de su ropa interior pero siguió jugando con sus dedos alrededor de su centro. Adora la miraba con la respiración entrecortada y comenzaba a volverse loca al sentir los dedos de la castaña jugando con sus labios pero no entraba en su centro, le cogió la mano para obligarla a entrar pero Catra puso resistencia y se acercó a su rostro.

-Heey Adora, sólo dímelo- le habló sobre su boca.

-Sólo hazlo Catra- dijo casi suplicando.

Catra paró el sufrimiento de la rubia introduciendo dos de sus dedos en su centro y así provocando un gemido fuerte y agudo de la chica. Catra se volvió loca al escucharla, deseaba oír más, así que continúo introduciendo y sacando ambos dedos. Todo iba en aumento, la temperatura del ambiente, la voz agitada, la rapidez de las embestidas de Catra, los gemidos de Adora. 

Adora podía sentir como alcanzaba el orgasmo, Catra también lo sabía, así que intensificó la velocidad, provocando que la rubia arqueara todo su cuerpo, efectivamente, había llegado. Ambas ya estaban completamente empapadas de sudor. Catra retiró su mano del interior de Adora, sintiendo un vacío. Adora la miraba algo apenada al notar la humedad en la mano de la castaña. Catra se acercó dándole un beso en la frente, acariciando su cuerpo aún desnudo. Cada que lo veía quedaba hipnotizaba, le gustaba cada milímetro de este, si lo pudiera definir en una palabra sería etéreo.

-Creo que deberíamos irnos- le susurró.

Las dos chicas se apresuraron a vestirse. Catra abrió con cautela la puerta, miró para ambos lados para comprobar que nadie anduviera por la zona. No había nadie así que le hizo una señal a Adora para salir del cuarto.

Cuidándose de no ser descubiertas regresaron a su dormitorio, abrieron la puerta y entraron llenas de risas por la situación, parecían niñas chiquitas corriendo después de hacer una travesura. Llegaron a meterse directamente a la cama.

-No puedo creer lo que acabamos de hacer. Fue una locura- decía Adora aún entre risas.

-Yo tampoco, pero sin duda alguna lo volvería hacer. Es más, todo lo loco que exista en esta vida lo quiero hacer contigo- respondió Catra.

-¿Por qué conmigo?- preguntó Adora viéndola con detenimiento.

-Bueno, a decir verdad no sé exactamente  lo que es el amor, y realmente dudo mucho que llegue a entenderlo. Lo qué sé en este momento es que se presenta cuando tú estás, incluso también lo hace cuándo solo te pienso. Y lo sé porque regresan esas mariposas a mi estómago- se acercó Catra y entrelazó sus manos en la suyas para después llevarlas a su rostro -Eres el rojo de mis mejillas, Adora.

Los ojos azules de la rubia se dilataron al escuchar aquellas palabras, el corazón se le aceleró y la piel se le erizo. Este era el efecto que Catra le provocaba.

Esa noche Catra y Adora durmieron abrazadas, el calor que ambos cuerpos emanaban les daba un aire de tranquilidad y paz. Era un momento mágico, dónde lo único que cobraba relevancia era como la conexión entre dos personas se hacía presente, pero por más palabras bellas que existan todo ellas, todo lo que sentían, era inefable.

Los días se volvieron semanas, ya había incluso concluido la segunda evaluación de su semestre. Adora seguía esforzándose por mantener unas calificaciones impecables, sin embargo Catra la había enseñado que es posible ser un buen estudiante sin dejar de lado la diversión, cómo ver películas, jugar videojuegos o salir con amigos. "Nunca olvides que la verdad está más allá del aula", le recordaba a Adora.

Todos veían el evidente cambio en la actitud de Adora, de ser una persona excesivamente perfeccionista a ser una persona más relajada sin perder du personalidad. Catra había sido la clave para todo esto. Era una ironía, al inicio Adora pensó que Catra sería una distracción para su vida pero resultó ser todo lo contrario, se convirtió en una pieza fundamental para su descubrimiento y para conocer cosas nuevas. Ambas chicas se miraban la una a la otra pensando que el mejor lugar para estar en la Tierra era con la otra, era como si todo cobrara sentido cada que se miraban a los ojos.



El drama está a la vuelta de la esquina. ¿Quién crees que lo inicie?









Aún no es el final [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora